Eficiencia Energética el vehículo para la sostenibilidad.

Eficiencia Energética el vehículo para la sostenibilidad.

Además de las motivaciones ambientales que nos surjan como una idea romántica, el mundo globalizado y agresivo en el que cada uno de nuestros negocios debe desenvolverse a diario, nos conduce inequívocamente, a dejar nuestra zona de confort y arriesgarnos a pasar los límites de nuestros miedos, en aras de ser la punta de lanza y de paso, sin que esto sea menos importante, tomar conciencia y pasar a la acción sobre nuestra responsabilidad como cohabitantes del mundo en cuanto a la producción sostenible. Un aspecto que no tiene nada de nuevo, pero que desafortunadamente no avanza con los pasos ni a la velocidad que requiere. A pesar del mundo interconectado y el mayor acceso a la información, es poco lo que se propone, pero, sobre todo, lo que se conoce de cómo alcanzar y mantener un término conocido como eficiencia energética, existen muchas disertaciones disponibles, pero pocos comparten sus casos u orientan a otros en el camino hacia la transformación sostenible de sus negocios.


Los avatares del diario esfuerzo por sostener las utilidades de las organizaciones grandes o pequeñas, hacen que tendamos a continuar nuestro statu quo y repetir hasta el cansancio las mismas maneras de hacer, incluso con resultados cada vez más precarios, sin atrevernos a cruzar a la zona mágica del aprendizaje y la construcción de nuevas formas; como si fuésemos esclavos de la inmediatez y no pudiésemos tan solo dedicar una fracción de nuestro valioso esfuerzo a reinventarnos, mientras sostenemos orgánicamente nuestros negocios antes que se agote el tiempo y nuestras formas dejen de ser útiles.


Uno de los frentes en los que ocupar nuestra inventiva es la eficiencia energética, un elemento clave que incluso hoy cuenta con estándares de ISO como el ISO 50001 y es considerada un mecanismo para asegurar el abastecimiento energético como ya lo expone la UPME (Unidad de Planeación Minero Energética) en su Plan de Acción Indicativo de Eficiencia Energética 2017-2022, puesto que en ella se sustenta en la adopción de nuevas tecnologías y buenos hábitos de consumo, con el fin de optimizar el manejo y uso de los recursos energéticos disponibles. Por ende, la denomina como un vehículo para aumentar la productividad y competitividad nacional y es una de las principales estrategias de mitigación de impactos ambientales en la cadena energética.


Sí bien el tema ya roba primeras planas de entes nacionales e internacionales, las propuestas siguen siendo tenues y solo concentran pálidos esfuerzos en alternativas poco versátiles y ya nada novedosas como el reemplazo de iluminaciones o la introducción de variadores de velocidad en las maquinarias, dejando la impresión de reducciones ostensibles, pero acrecentando nuevos retos y males en la calidad de energía al interior de las instalaciones, que a la postre generarán más inconvenientes que la supuesta baja de consumo que tendieron a producir; efectos que pasan desapercibidos o que se diluyen en los costos de mantenimiento y reparaciones dado que no se cuenta con mecanismos que los reflejen desde el momento cero de su aparición. Otros como los sistemas de gestión reconocen la importancia del involucramiento de la alta gerencia y la trasmisión de la información hacia todos los niveles de la organización, pero dado que es difícil dar recetas para tal diversidad de organizaciones, se limitan a esbozar algunos lineamientos generales que sí bien son importantes, dejan a las organizaciones algo desamparadas en cuanto a la ejecución, dado que no ha sido parte de su ADN el dominio sobre los fenómenos de demanda y calidad de energía, por ende sin contar con una guía experta en la materia dentro de sus comités energéticos y herramientas que soporten su accionar, estos sistemas de gestión dejan muy expuestos los flancos del cómo técnicamente es costo eficiente afrontar este reto y/o se convierten en aparatos burocráticos que hacen más costosa la operación por su dificultad para accionar o para lograr resultados, mientras consumen el tiempo de sus miembros desplazándolos de sus actividades objetivo.


Para que las acciones sean efectivas además de contar con la posibilidad de arriesgarse a aprender, saliendo de la cotidianidad, es necesario dar especial atención a los indicadores de eficiencia, haciéndolos específicos, alcanzables, medibles, acotados en espacio y tiempo, esta atención es fundamental porque cimienta las bases del sistema de gestión, dándole a los interesados el derrotero a seguir, cada plan de acción o proyecto debe buscar mover al menos uno de ellos y estos a su vez definirán la línea base energética versus la cual se sabrá sí las acciones son o no efectivas. Pero no menos relevante a definir concretamente estos indicadores, es la tarea de medirlos y calcularlos con la precisión y en el tiempo necesario para controlar la efectividad y pertinencia de las acciones. Es clave entonces contar con sistemas de medición y monitoreo calibrados, distribuidos y que centralicen la información, de forma que se pueda hacer un control y verificación óptimos y prácticos.


Todo esto tiende a indicar que, como las mejores cosas en la vida, alcanzar la eficiencia energética y sobre todo mantenerla no es asunto de la inmediatez, sino que es el resultado del trabajo continuo y constante, de la separación de esfuerzos de forma paulatina, pero necesaria sin descuidar el presente, con una visión abierta que tal vez no encontremos inicialmente al interior de nuestras organizaciones y que implique inversiones en conocimiento, experiencias y herramientas. El objeto de la definición de eficiencia es reducir la energía que se desperdicia en los procesos productivos, que no se transforma en trabajo pero que sí afecta directamente los costos operacionales, entonces en estos tiempos donde las organizaciones ocupan su tiempo en ajustar sus estados financieros trabajando en los ingresos y los gastos de forma paralela en aras de generar valor, sería desacertado el perder de vista lo que la eficiencia energética tiene para contribuir a este compromiso.


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