EL "ADNe"

ADN Empresarial "ADNe"

Desde el momento en que nacemos, nuestro ADN está definido, conteniendo la información genética que nos transmiten nuestros progenitores. Esta información nos dota de capacidades y habilidades únicas que nos distinguen universalmente.

En el contexto organizacional, el "ADNe" de una empresa representa su esencia, identidad y la información que se transmite desde el fundador y los líderes. Esta esencia se refleja en la claridad de sus productos, servicios y proyectos, destacando las diferencias cruciales frente a los competidores y complementando su misión y visión.

Según Alfred P. Chandler, un pilar en la historia empresarial, "la estructura sigue a la estrategia". Esta afirmación subraya que una estrategia efectiva no puede ser ejecutada sin una organización efectiva.

En una empresa, todos los ejecutivos son responsables de la creación de guías y estrategias. Es crucial que estas estrategias sean conocidas por cada colaborador. La misión y visión de la empresa, que definen su razón de ser y su rumbo, deben ser claramente comprendidas por todos.

Para cumplir con esta tarea fundamental, cada ejecutivo debe plantearse las siguientes preguntas:

• ¿En qué mercados participar?
• ¿Por qué soy diferente?
• ¿Qué productos y servicios ofrecemos?
• ¿Quiénes son nuestros competidores?
• ¿Cuáles son nuestras ventajas competitivas?
• ¿Qué nivel de riesgo estamos dispuestos a asumir?
• ¿Cómo podemos transmitir esto a nuestros clientes?

Con respuestas claras a estas preguntas, los ejecutivos pueden guiar a la organización hacia un rumbo definido, asegurando su permanencia y diseñando un futuro empresarial sólido.

Es fundamental que los ejecutivos se enfoquen en los siguientes puntos:

• Comprender la visión y los objetivos de la organización: Para alinear los esfuerzos y aportar valor significativo.
• Participar activamente en la planificación estratégica: Su experiencia puede aportar ideas valiosas que contribuyan al logro de los objetivos.
• Colaborar interdepartamentalmente: Facilita el intercambio de ideas y la solución integral de problemas.
• Fomentar una cultura de mejora continua: Optimiza los procesos y asegura la adaptación constante.
• Desarrollarse profesionalmente y mantenerse actualizados: Para estar a la vanguardia y aportar nuevas perspectivas.

La meta más alta es lograr que tanto los ejecutivos como los clientes estén emocionalmente conectados con el "ADNe" de la empresa. Una estrategia mal ejecutada puede transformar soluciones en ilusiones, llevando al fracaso y la desaparición de la organización. Por el contrario, una bien diseñada y ejecutada asegura el éxito presente y futuro.

Por: Carmen Del Pilar Moreno Bonifatti