El arte de conversar

En el ámbito personal o profesional conversar es uno de los placeres de la vida. Las conversaciones nos abren nuevos mundos y nos permite conocer personas, diferentes formas de pensar, hacer amigos o entablar relaciones de negocio.

Conversar nos enriquece, ya que nos abre posibilidades y nos permite diseñar el futuro. En el primer dominio, abrir posibilidades se logra cuando hacemos acuerdos con los demás, un buen ejemplo de esto se da típicamente en las áreas de ventas, cuando un vendedor acuerda un pedido con el cliente o la introducción de un nuevo producto. En el segundo dominio, nuestras conversaciones nos permiten diseñar un futuro que no existía con anterioridad, pensemos en las conversaciones que tenemos para acordar un presupuesto, compartir una idea de negocio o explorar una oportunidad de empleo.

En mi experiencia colaborando con empresarios y directivos en distintas organizaciones, he observado la creciente importancia que tiene desarrollar habilidades conversacionales. Una preocupación común está relacionada en ayudar a sus equipos de trabajo para mejorar su efectividad y la forma en la que interactúan entre sí (ambiente o clima laboral). Usualmente, la respuesta está en la forma en que los integrantes de un equipo de trabajo conversan entre sí.

El arte de dirigir está íntimamente ligado a la calidad de las conversaciones que tenemos como líderes. Cuando escucho frases como: “Soy muy claro, pero mi equipo no responde de la manera que espero…”, “Doy instrucciones precisas y; sin embargo, no logramos avanzar…” sé con toda seguridad que existen oportunidades en cómo el líder se comunica con el equipo. Este fenómeno es más común de lo que pensamos, después de todo, lo que uno dice y lo que el otro escucha, no es lo mismo.

Si te identificas con alguna de estas situaciones y, te has preguntado qué hacer, me gustaría compartirte dos recomendaciones que te ayudarán a tener buenas conversaciones. La primera, escucha más de lo que hablas. Permite que los demás se expresen con naturalidad. Escuchar parece fácil de hacer, sin embargo, requiere que seas disciplinado y que tengas la intención genuina por comprender lo que el otro te dice. La segunda, indaga acerca de lo que escuchas, para hacerlo es necesario que realices preguntas. Mientras más preguntas realices te será más fácil conocer el fondo de las preocupaciones y necesidades de tu contraparte.

Un rasgo que distingue a los líderes que movilizan de manera positiva a sus organizaciones, es la naturaleza de las conversaciones que suelen tener con sus equipos de trabajo. Hacernos cargo de nuestras conversaciones, como líderes, es una forma de ejercer un liderazgo positivo y efectivo al mismo tiempo. Para tener buenas conversaciones, el primer paso que tenemos que dar es escuchar e indagar.

Espero que estas recomendaciones te ayuden establecer conversiones satisfactorias y efectivas. Piensa que cada conversación que tenemos es una oportunidad para abrir posibilidades y diseñar el futuro que deseamos.

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