El arte de vivir sin prisa
Tomarse un rato sin preocupaciones aumenta nuestra calidad de vida

El arte de vivir sin prisa

Bajar la velocidad con la que vivimos es fundamental para alcanzar una vida más plena y satisfactoria.

Valdría la pena detenernos a reflexionar sobre la vida que llevamos, la velocidad y la intensidad con que la vivimos, el poco tiempo de calidad que tenemos, el estrés, la ansiedad y la tensión que sentimos y la necesidad que tenemos de aprender a bajar esa velocidad para alcanzar una vida mucho más plena y satisfactoria. 

Bajar la velocidad no significa quedarnos quietos, implica tomarnos el tiempo necesario para decidir cómo y cuándo actuar de la manera más asertiva posible, sin dejarnos llevar por la autoexigencia, las emociones alteradas y la prisa.

Lo que en realidad le da calidad a nuestros días es tener tiempo para conversar sin prisa; compartir con las personas queridas y reconocer la importancia de su presencia en nuestra vida; detenerse unos minutos para contemplar una paisaje, una puesta o una salida de sol, para practicar un pasatiempo o un deporte favorito; detenerse y disfrutar de un buen momento de silencio, de unos minutos de meditación y reflexión, de caminar al aire libre, pasear con su mascota, leer un buen libro, mirar viejas fotografías y conectarse con los gratos recuerdos; reconocer que se está vivo y apreciarlo; valorar la magia implícita en la ayuda que nos presta un desconocido o en la solución que aparece ante un problema, en la calma y la fortaleza que experimentamos ante una dificultad; tener la disposición para conectarse con otros, con empatía, en un momento para ser solidario, comprensivo, tolerante, compasivo; tener la capacidad de observar y reconocer los pequeños milagros que se manifiestan en nuestra vida y en la de los demás y agradecerlos.

Excelente inicio de semana !!!


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