EL ATARDECER DEL EGO

Es el atardecer, y mi esposa y yo, contemplamos una tarde muy cambiante, y las nubes transmiten su cambio al vecindario que es nuestro occidente. 

Es parte de la tarde, observamos una luz que se proyecta a través de un árbol que está a unos cuantos metros de distancia, o sea cerca del corredor de la casa, desde donde analizamos las nubes que al morir la tarde, empiezan a transformarse y a vivir un tiempo corto en el cielo de los cambios, que reflejan las nubes, indicando que el ser humano, debe ir mejorando a cada paso, a cada instante, porque el cielo así lo ha estado trazando en este atardecer, donde nuestros vecinos, han quedado sin la luz de la asesoría en los cambios que dan las nubes, y sin la instrucción de su ciencia.

Este cuadro involucra a los árboles, al sol, a la montaña, y una parte de la ciudad de Ocaña. En muchos seres humanos en el globo, nos damos cuenta que el atardecer, no tiene ningún significado de diálogo ya sea con su familia, anunciándoles que sus comportamientos son muy interesantes, pero que las mejoras sociales, son la academia en cada uno de ellos, así como las familias que podemos observar en esta tarde a través del cuadro.

Aunque la tarde nos muestra un panorama sereno y la sabiduría se puede leer en ese mundo interesante que nos permite el diálogo, mientras tomamos fotografías para este artículo, creemos que el respeto, es la licencia para que la familia humana, participe y reflexione desde el más grande de la familia, hasta el más pequeño, entendiendo que el arte está presente en el cielo viviente de los cambios humanos, que las nubes nos transmiten confiadas de que la raza humana, está pendiente de esta riqueza de energía y transformación.

Los libros son muy importantes y su lectura transformará al estudiante que se fije en la naturaleza, dejando que la ceguera de su pasado, pueda ser disipada y entonces podrá detenerse ante la belleza y la simpleza de un atardecer que compartimos mi esposa y yo, desde nuestro hogar en el jardín.

Esto sucede porque hemos buscado la cultura de la paz, y hemos creído que el mundo es nuestro, por esta razón, podemos disfrutar de una tarde que sigue viviente en nuestro propio cielo viviente, que tiene un mundo de instrucción para los pensantes que cada día, dejan el cadavérico yo, y reciben el yo soy un viviente de este mundo, donde todos los yo están afectados por la cultura o la baba del gusano humano, que mantiene al género humano siguiendo al hombre que mata el yo ajeno, sin misericordia.

Mientras que el ego abre la sepultura para enterrar a sus semejantes, que no han entendido que un yo saludable es una de las cosas que el hombre debe poseer en el mundo de los muertos espirituales.

Para conquistar nuestro yo y poder estar en comunión con él, se necesita estudio, sabiduría, raciocinio y que la tarde de la humanidad oscura y a tientas, y con su ego muerto, resucite su conciencia para lograr que pertenezca al mundo de las culturas de nuestro jardín pensante.

"El ego destruye y mata, con su labia, más el yo, a cada instante, resucita la sabiduría en el pensante"  F P C