El café del jefe

Cada vez que puedo suelo comprar algún chocolate o galletas a los muchachos de mi equipo. Creo que todo empezó con mi madre, siempre he tenido algo para invitarle, no me gustaba decir "No he comprado nada mamá", por eso siempre me "stockeaba" de chocolates en el cajón, de manera que podía ofrecerle algo mientras veía televisión o nos poníamos a conversar. Sabía que sus chocolates favoritos eran las "lentejitas" de Nestle o los toffee de café con leche. En la oficina me pasa igual, en mi cajón siempre hay algo para compartir antes de una reunión con mi equipo, más o menos iba conociendo sus gustos, a veces he compartido mis vitaminas "Redoxon" y les digo "Ey! tráete un vaso con agua para no perder energías".

Creo que eso de "El café del jefe" quedó bastante atrás, soy yo quien los atiende, que vayan temprano a casa, que me avisen si no pueden con algo, ayudarlos con alguna información, tener la iniciativa en compensar las horas que se quedaron fuera de jornada para que salgan temprano el resto de la semana, etc. Es el jefe quien ahora le "sirve café" al equipo y lo más gratificante es cuando aprenden con el ejemplo y te dicen "Te guardé sanguchitos del coffee" o te traen fruta para la tarde. Es silenciosamente motivante.

Hay mucha alegría al servir, y aquí no importa el cargo que uno tenga, mientras más arriba estemos más "café" tendremos que servir a los demás.

Dario Ramos