El cambio

Los Trastornos del Espectro Autista han sufrido una gran modificación en los últimos años, ya no solo en cuanto a diagnóstico, sino también en cuanto a intervención.

Por lo menos para mi, desde que cree el modelo PAAIGI , la intervención me mostró un mundo del autismo muy diferente. Decidí olvidar lo aprendido hasta ese momento, y centrarme en la persona como foco de atención, como fuente de información sobre necesidades, déficits, herramientas y valías. Eso hizo que todo diera un giro de 360 grados. Cada uno de los chicos con los que trabajé, hizo que mis esquemas mentales sobre el autismo, se fueran modificando.

La primera idea que abandoné fue la que establecía una relación directa entre oralidad y capacidad cognitiva. Eso se lo debo a F. un pequeño con TEA no verbal que me enseñó que sus capacidades, si se le daba la oportunidad de expresarlas, eran infinitas. Hacía relaciones, abstracciones, generalizaciones, aprendía a escribir, a leer.... Era el vivo ejemplo de que hablar no es la señal última de la capacidad intelectiva.

Luego apareció L. , quien me enseñó que el uso de pictogramas sin una programación determinada no tenía ningún objetivo terapéutico. Los pictogramas eran un recurso de ayuda, de acceso a la información , una vía de aprendizaje. Como tal, debían adecuarse al nivel comprensivo de la persona, y a su procesamiento visual. Además, debían ser una forma de entrenar las habilidades más débiles de las personas con autismo , entre ellas el procesamiento auditivo, sino se convertían en un mantenedor de algo que ya la persona tenía, pero no se expandía a otras capacidades.

Más tardes, aparecieron los chicos con los que trabajaba en grupos. Cuánto me enseñaron sobre la realidad de la teoría de la mente. No había una ausencia de la misma, había una ausencia de experiencias, que condujeran a la correcta evolución de la misma. Si los contextos terapéuticos eran artificiales, de laboratorio, mayoritariamente conductuales, centrados en la expresión oral, ¿cómo se tenían las experiencias relacionales suficientes para que se desarrollara la conciencia de las actuaciones de los otros? .

Así que, en ese período de creación del modelo, todo se rompió, todo se descompuso, para volver a componer un mundo terapéutico maravilloso, que no hablada de autismo, sino de personas, necesidades, contextos, posibilidades de aprendizaje, y potencia.

Rebeca Cabrera Urquía.