El ciclo emocional del camino a un nuevo empleo

Cuando nos quedamos sin trabajo, ya sea porque nos despiden, renunciamos o simplemente el proyecto laboral termina, nos inundan toda clase de sentimientos y pensamientos. La primer emoción que sentimos suele ser la del enojo, o también indignación, malhumor, furia, y hasta ira. Nos han quitado nuestra fuente ingresos, nos sentimos agredidos.

Al pasar el tiempo esta emoción va disminuyendo, y va dando paso a la tristeza. Podemos estar acongojados, desalentados, sin ganas de hacer nada. Es la etapa del duelo. Hemos perdido algo importante.

Poco a poco vamos dejando a tras la tristeza y comienza a embargarnos la ansiedad, ese miedo de no volver a encontrar trabajo, o peor aún, de no generar los ingresos suficientes para mantener nuestro estándar de vida. El tiempo pasa y no encontramos trabajo. Estamos nerviosos, angustiados.

En cada entrevista nos renace la esperanza, pero si no nos seleccionan caemos en la ansiedad otra vez. Hasta que un día comenzamos a trabajar nuevamente y nos vuelve el entusiasmo y la alegría.

El ciclo emocional del camino a un nuevo empleo suele ser “enojo – tristeza – ansiedad-alegría”. Si no sabemos qué nos pasa, no reconocemos nuestras emociones y las gestionamos eficientemente, el enojo se puede transformar en resentimiento y rencor, la tristeza en depresión, y la ansiedad en ataques de pánico.