El cliente y las promociones
Ahora que estamos en plena euforia comercial de incitación al consumo es relevante recordar que el cliente/consumidor deseado no sólo es compulsión comercial, sino que considera que:
· El producto/servicio realmente cumple con sus necesidades
· Entiende lo que es una promoción real de una adulterada
· Desea ser tratado con el respeto, seriedad y servicio por lo que paga
· Que las prioridades del consumo hacia nuestra propuesta de valor, tiene condicionantes ajenos típicos de estas fechas: lotería, comidas con amigos, turrón, regalos, niños… que no se producen en situaciones normales de consumo.
· Tiene hartazgo del bombardeo de opciones y mensajes directos a consumir.
Por ello una campaña de captación de clientes en estas fechas debe modular el lenguaje, el trato, la direccionalidad con la que se ejecuta como un elemento diferenciador. La agresividad comercial es lo que menos se desea y un trato más amable puede tener mejores resultados.
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Esto no quiere decir que no se promocione, se ofrezcan descuentos y ventajas comerciales pero con la consideración de que el cliente/consumidor está deseando celebrar con tranquilidad, quizás hasta en zapatillas de estar por casa.
Algunos dicen que ir contracorriente permite dar una visión diferente que acapara la atención. Puede ser. Lo que captará la atención de un cliente es un mensaje diferente, que no quiere decir que no se esté barnizado del momento, pero que al menos tenga matices de que sea ha hecho una buena “pensada” sin renos ni camellos.
Si hiciéramos un análisis del comportamiento del consumidor en estas fechas, a buen seguro reflejaría una actitud similar a la de nuestros estómagos a medida que transcurren estas fechas; del deseo e ilusión iniciales a la casi indigestión de mitades para acabar con la saciedad del turrón, en medio de espumillones, vinos, copas y villancicos.
Por ello modulemos el mensaje, demos calma a nuestros clientes, ayudémosle con antiácidos a pasar estas fiestas para decirle que seguimos intentando cumplir con sus necesidades con la misma calidez, cercanía y servicio de siempre, independientemente del gorro de Santa Claus o del jersey con los renos de marras.
Nuestro cliente/consumidor bien se merece una consideración así para que siga siendo nuestro objetivo pasada la lotería del niño.
A todos ¡feliz resaca navideña!