EL COLMO DE LA ESTULTICIA

EL COLMO DE LA ESTULTICIA

Desde muy pequeña me ha costado entender las razones de algunas de las diferencias a las que nos enfrentábamos unas personas respecto a otras y además nací niña y vas descubriendo que además de las injusticias generales están las particulares, pero no solamente las de género sino cualquiera de las que tratan de normalizar bajo el paradigma de androcentrismo occidental, las desigualdades más flagrantes de nuestra sociedad.

Esta falta de entendimiento y una curiosidad natural, me ha llevado a estar siempre muy ligada a foros y a entornos muy relacionados con el tema de las mujeres y otras desigualdades, que han denominado diversidad, y yo pienso que la diversidad es cada uno de los seres humanos que vivimos y hemos vivido en este maravilloso planeta.

Esto ha sido así hasta el punto de realizar una tesis doctoral (que estoy esperando a leer en breve) sobre las mujeres dentro del mundo laboral y fundamentalmente en el mundo empresarial.

Afortunadamente, tengo las dos experiencias el trabajo por cuenta ajena y el trabajo por cuenta propia, esto te permite tener una perspectiva mucho más global, porque has tenido que vivir los dos lados de la mesa.

En ambos lados de la mesa hay personas justas, injustas, brillantes, mediocres, leales y desleales, transparentes y torticeras y estultas o inteligentes.

En las empresas españolas gestionadas por personas con unas creencias, que supongo, deben venir determinadas, por vidas fáciles, superficiales, resueltas económicamente y con la creencia de que cuentan con todos los derechos y ninguna obligación. Porque además han llegado a los puestos que ocupan, sin entrar en generalizaciones, porque los contactos con los que cuentan les han posicionado, porque es evidente, que no es por sus méritos personales ni profesionales, cuestión que además no les importa dejar patente y recordártelo de vez en cuando.

Pues bien, este tipo de empresas y organizaciones, que da igual que estén “lideradas” por hombres o por mujeres, están en el ojo del huracán.

Con esto lo que se pretende es exponer varias cuestiones que paso a enumerar:

·      Afortunadamente, en la actualidad, las generaciones de trabajadores están sobrecalificadas y cuentan con una mentalidad que no está basada en la cultura del esfuerzo, en la que nos educamos muchos de nosotros. Son generaciones que están adaptados totalmente al cambio y el concepto de lealtad ya no lo tienen con las organizaciones, lo tienen con ellos mismos.

·      Los acontecimientos vividos en los últimos años, no solamente la pandemia, sino todos los movimientos sociales desde las primeras manifestaciones en las primaveras árabes, el movimiento “Me too”, todas las revueltas por la pérdida paulatina de derechos y durante la pandemia, arrancados de cuajo, las guerras, la subida en los precios de los suministros básicos y artículos de primera necesidad. Todo ello está llevando a diferentes fenómenos sociales, pero que se pueden resumir en dos palabras “Es suficiente”. Estamos agotados de que nos tratéis como si fuésemos verdaderas acémilas.

·      Se habla de la “Gran Renuncia” que es un movimiento dentro del mundo laboral, en el que la pandemia ha sido muy importante puesto que las personas han reflexionado tanto sobre los modelos de liderazgos, como los modelos empresariales, como por sus vidas y que quieren hacer con ella. Y se está produciendo una gran desbanda del talento mal tratado en las empresas, buscado lugares “más humanos”.

·      Hay muchas personas que piensan y llevan su vida adelante solo y exclusivamente basando sus decisiones en el beneficio pecuniario. Pero hay muchas más personas que llevan adelante sus vidas basando sus actos y decisiones en otro tipo de valores, tales como la honestidad, la lealtad, la transparencia, el respeto, la profesionalidad, la cooperación y ayuda. Y esas personas se están convirtiendo en un movimiento silencioso pero que va a ir cambiando nuestro mundo poco a poco.


Y siendo todo esto así, y además de ser consciente de todo ello, tenemos que enfrentarnos a estas situaciones que nos afectan a todos, siendo mujer, nos encontramos con situaciones en las que además algunos lideres y lideresas se permiten el lujo de tratarte como si fueses tonta y pueden llevarte a situaciones, situaciones en las que nunca pondrían a un hombre.

El movimiento de las mujeres a lo largo de los últimos tres siglos ha sido silencioso hasta hace muy pocos años, como el movimiento que se ha descrito anteriormente. Por ello se puede establecer un paralelismo entre ambos fenómenos sociales que han supuesto y van a suponer un cambio de paradigma social, económico y vital.

Posiblemente desde un cierto idealismo creo de debemos y podemos cambiar algunas situaciones de nuestro mundo que no son precisamente justas para la generalidad de la población.

Y cuando el único argumento que estamos viendo cada día en los medios de comunicación y en todos los estratos de nuestra sociedad, (dirigentes políticos, lideres empresariales y sindicales etc) es el insulto, la violencia en cualquiera de sus modalidades, la confrontación, la difamación y finalmente la traición, la conclusión a la que deberíamos de llegar es que cuando esto es así, es porque no hay argumentos que sustenten sus actuaciones.

Y como no podría terminar esta reflexión de otro modo el colmo de la estulticia es la pérdida imparable de valores y de respeto por las personas, provengan de donde provengan y cuenten con las habilidades y posición que cuenten. De hecho, cuanto menos habilidades y peor posición tengan menos beligerancia se debería aplicar, puesto que esto es un acto de cobardía manifiesto.

Sigamos trabajando como sociedad para derrocar estos comportamientos puesto que afortunadamente el resto somos más y mejores.


No consistamos EL COLMO DE LA ESTULTICIA, trabajemos todos juntos por un nuevo paradigma o contrato social menos injusto.

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