EL CONSUMIDOR SIEMPRE TIENE LA RAZÓN… O NO

Hemos escuchado un montón de veces que el consumidor siempre tiene la razón, ¿de verdad es esto cierto? Yo no lo diría tanto así…

Vivimos en un momento en que Internet llena nuestros smartphones, redes sociales, blogs etc… de información cuanto menos contradictoria (sin mencionar las fake news). A aquellos profesionales que como yo, se dedican actualmente a productos nutricionales, todo esto les sonara, sobre todo ese momento de rabia contenida en que empiezas a leer a consumidores que identifican ciertos ingredientes poco más que con veneno.

Si hablamos de gluten, lactosa, azúcar, o aceite de palma de pronto pareciera que hablamos de demonios, algunos de ellos como el aceite de palma tienen su fama más o menos merecida, otros como la lactosa o el gluten son más, bajo mi punto de vista, y salvo que seas de verdad intolerante diagnosticado por un profesional médico, pura tendencia que lamentablemente ha venido para quedarse. El azúcar para mí es como todo en este mundo, depende de la cantidad y la calidad.

Cuando trabajas en Marketing y ves a gente súper influyente como Jaime Oliver tirar un carro de obra lleno de azúcar en un escenario y decir, "este es el azúcar que toman vuestros hijos durante su infancia en leche", a mí personalmente se me ponen los pelos como escarpias, ¿qué pasaría si se hiciera lo mismo con la fruta? También es azúcar y en cantidades similares, y también como la lactosa es un azúcar naturalmente presente en el alimento, ¿les decimos a los niños que dejen de tomar fruta y leche? Creo sinceramente que una reflexión de hasta qué punto un titular goloso por incluir palabras como gluten, lactosa, azúcar etc… debería controlarse, es necesario para frenar esta oleada de fanáticos que creen haber dado con el santo grial de la alimentación, y que están empobreciendo nuestra dieta en la que entre otros alimentos, y siempre que no seas intolerante diagnosticado por un profesional, deben estar el gluten, la lactosa, y sí, el azúcar, en cantidades moderadas y sensatas, sin hablar de dejar disfrutar a los niños moderadamente que para eso son eso, niños.

Mi reflexión final es, ¿tiene realmente el consumidor la razón absoluta? Para mí NO, ¿es soberano?, SI, ya que es él quien decide o no comprar un producto, y nuestro deber como profesionales que aportan valor a sus compañías es adaptar nuestros productos a su soberanía, pero ser soberanos no significa llevar la razón, ¿o no?, ¿Vosotros que pensáis?.

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