EL CONTRABANDO, FALSIFICACIÓN Y ADULTERACIÓN DE MEDICAMENTOS, UNA ENFERMEDAD PARA EL SISTEMA DE SALUD EN COLOMBIA.

La ubicación geoestratégica de Colombia en la región, hace que sea un país atractivo como corredor vial para que las organizaciones delictivas dedicadas no solo al contrabando de medicamentos si no también a su falsificación y adulteración, ejecuten sus actividades ilícitas bajo diversas modalidades que en muchos casos son invisibles para las autoridades.

De acuerdo con lo que indica la DIAN, las acciones judiciales y administrativas dirigidas por las autoridades colombianas se centran en las ciudades fronterizas de Colombia por ser las principales fuentes del contrabando; centrando sus esfuerzos para combatir este flagelo.

Los investigadores que han analizado esta problemática indican que el contrabando que procede desde Ecuador, desde donde ingresa a través del departamento de Nariño, para luego ser distribuido en la región pacifica de Colombia en los departamentos de (Cauca, Nariño, Valle, Valle del Cauca, Putumayo e inclusive algunos departamentos de la Orinoquía. Hacia el norte de Colombia el país de origen ha sido Venezuela desde donde se han ingresado medicamentos de forma irregular a través de los departamentos de Santander, Norte de Santander y Arauca y que son trasladados a ciudades como Barranquilla y Valledupar para iniciar su distribución por el Caribe y el centro del país.

El contrabando de medicamentos impacta de manera negativa diversos factores; como lo son el comercial, social, económico y el más crítico la Salud Pública; en este último a causa del transporte irregular de estos medicamentos los cuales se someten a diversos cambios de temperatura al tratar de ocultarlo ante las autoridades y en muchos de los casos rompiendo la cadena de frio que algunos requieren, conllevando al cambio de las propiedades de los mismos generando inefectividad en los tratamientos, eventos adversos en la salud de los pacientes que los reciben e inclusive la muerte.

Aunado al contrabando de medicamentos está la falsificación y adulteración de los mismos, donde se implementan practicas irregulares como la fabricación de estos productos a partir de compuestos como cementos, cales, harinas y otros; o se realizan adulteraciones donde el contenido puede ser el medicamento original y la caja falsificada o el blíster con el producto irregular y la caja original con lotes emitidos legalmente por los laboratorios pero que han sido obtenidos de manera fraudulenta por las organizaciones delictivas.

Esta problemática se ha convertido en un objetivo de primer orden para las autoridades judiciales, los entes de control y regulación de Colombia, desde donde se han generado alianzas estratégicas con los países de la región a través de INTERPOL para atacar frontalmente a las organizaciones dedicadas a este delito; cabe anotar que este flagelo es liderado por empresas criminales de primera categoría a través de nodos criminales que involucran desde pacientes, funcionarios de entes territoriales, distribuidoras de medicamentos, farmacias entre otros, tanto de manera directa como indirecta.

Este delito incrementa la amenaza para la salud pública y el riesgo para los pacientes que requieren los medicamentos, toda vez que los delincuentes ya han optado por obtener de manera ilegal las bases de datos e historias clínicas de pacientes con enfermedades raras o de alto costo para luego reclutarlos y comprarles por muy bajo precio los medicamentos que les entrega el sistema de salud, para luego re-comercializarlos de manera irregular por precios por debajo de los reales; y de esta manera defraudando el sistema de salud colombiano, entre otras cosas por que se tienen antecedentes que en clínicas y hospitales se han suministrado medicamentos fraudulentos que ponen en riesgo la vida de los pacientes y que entran al sistema de salud por las infiltraciones que logran las organizaciones delictivas dentro de los entes territoriales.