El datacenter virtualizado, bajo control...
La virtualización de servidores trajo beneficios innegables a las organizaciones que la han adoptado: consolidación de servidores, uso eficiente del hardware, reducción del espacio utilizado en los centros de cómputo, ahorro de energía y una agilidad antes nunca vista a la hora de crear entornos en los cuales ejecutar cargas de trabajo.
Tal ha sido el éxito, que las máquinas virtuales proliferaron; y en muchos casos, este crecimiento se fue dando de una manera caótica y descontrolada.
Los desarrolladores se acostumbraron a contar rápidamente con entornos de trabajo, que no destruyen o devuelven al terminar de utilizar. Los usuarios del negocio, habituados a solicitar recursos para entornos físicos, siguieron sobredimensionando requerimientos, por si acaso. Las aplicaciones, montadas en entornos virtuales, crecieron en funcionalidad y en cantidad de usuarios, sin que sus configuraciones fueran adaptadas. La falta de previsión y el consumo sin control de servidores virtuales hace que el hardware subyacente se agote sin que lo preveamos con la anticipación suficiente.
Las consecuencias de estas situaciones, son centros de datos en los que aún desperdiciamos recursos debido a la existencia de máquinas virtuales no utilizadas o sobre-dimensionadas y en los que perdemos agilidad, debido a la poca capacidad de planificación de crecimiento:
El hecho de que aún en estos esquemas, la virtualización siga brindando beneficios, no quiere decir que no podamos tomar medidas para Optimizar la Operación del Datacenter Virtualizado.
Para aprovechar aún más los beneficios de la virtualización, el control de estos entornos debe darse en tres dimensiones, y existen herramientas que permiten hacer esto realidad:
- Salud: ¿Cuál es el estado actual de mi Datacenter Virtualizado? ¿Dónde se encuentran los cuellos de botella? ¿Qué VMs están presentando alta latencia en el almacenamiento, falta de CPU, o falta de capacidad en la red? ¿Cuál es la cadena de dependencias y qué componentes y aplicaciones se ven afectadas? Estas son las preguntas que las herramientas operativas deben ayudarme a responder. Si no contamos con la capacidad de monitorear la salud de mi infraestructura con este nivel de detalle, entonces mi ambiente virtualizado, no está bajo control.
- Eficiencia: ¿Existen máquinas sobredimensionadas en términos de CPU o memoria? ¿Hay discos con capacidad sin utilizar? ¿Es posible detectar máquinas virtuales que no han sido encendidas durante un período prolongado de tiempo? ¿Existen recursos que puedo reclamar y devolver a mi pool de infraestructura y para que sean utilizados por futuros requerimientos? Si no puedo responder a estas preguntas, y asegurar un uso eficiente de los recursos, entonces mi ambiente virtualizado, no está bajo control.
- Riesgo: Con actual ritmo de consumo y crecimiento, ¿Puedo predecir cuándo se agotarían los recursos físicos? ¿Cuándo me quedaría sin almacenamiento? ¿Cómo está creciendo el consumo de la red? ¿La CPU disponible será capaz de soportar los nuevos proyectos agendados para el año? ¿Puedo simular escenarios en los que agrego recursos de hardware y cargas de trabajo para ver cómo se comportará la infraestructura virtual? Sin estas capacidades, mi ambiente virtualizado, no está bajo control.
La virtualización ha revolucionado la forma en la que utilizamos los recursos de infraestructura de IT. El nuevo desafío de IT consiste en tomar el control de esa virtualización, para llevar los beneficios al siguiente nivel. La Operación Avanzada de la Infraestructura Virtualizada es lo que nos permitirá mantener nuestro ambiente virtualizado bajo control y maximizar los beneficios.