El desarrollo de las empresas
Las empresas se desarrollan, luego crecen, pero la realidad nos muestra lo contrario.
He visto mucha energía gastada en el crecimiento antes de haberse desarrollado.
Las crisis de crecimiento existen y son difíciles de atravesar, llevan a un desgaste de energía, poniendo toda la fuerza para llegar al otro lado de la orilla o de esa etapa de crecimiento.
Las empresas desarrolladas han solidificado sus bases para soportar mejor estas crisis.
Es muy común escuchar que lo primordial es crecer y el desarrollo quedará para cuando la empresa pueda, para cuando sea más grande, tenga más personal o más ganancias.
También, me ha tocado distinguir, empresas que gastan todo su tiempo y energía en el desarrollo y lo utilizan como una excusa para no afrontar el crecimiento.
Cada empresario tiene bastante claro, como, cuando y hacia donde crecer, tiene mucha experiencia o intuición para esperar y dar ese salto, pero cuesta identificar que grado de desarrollo tiene que tener su empresa para lograr el éxito en el crecimiento.
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El ideal es el equilibrio, pero la edad nos ha enseñado que es inalcanzable, por eso lo importante no es preocuparnos por cuanto estamos haciendo en el área de desarrollo, sino estar tranquilos que se han identificado, definido y se están realizando acciones en pos del mismo.
Las acciones para el desarrollo de las empresas tienen que salir del núcleo de las mismas, no es difícil, pero requiere cierta atención, parar la pelota (dedicar tiempo de calidad con el equipo de trabajo), pensar en la empresa (separar y analizar las áreas dentro de la misma), e imaginar que procesos o acciones estarían debilitados ante el próximo salto de crecimiento o negocio que se lleven a cabo.
La organización y las personas son la clave del éxito, el desarrollo de las mismas nos permitirá alcanzar el crecimiento esperado.