El Doble Filo del Mercado Inmobiliario: ¿Confianza o Ilusión?
En un panorama donde siete de cada diez operaciones de compra y alquiler de viviendas en España involucran a una agencia inmobiliaria, según datos de FADEI, es tentador concluir que la profesión inmobiliaria está ganando terreno y confianza en la sociedad. Sin embargo, un examen más crítico de la situación sugiere que no todo es tan optimista como parece.
En primer lugar, la preocupante falta de regulación estatal y una adecuada fiscalización de los agentes inmobiliarios genera dudas sobre este dato, que me parece demasiado optimista. Esta situación coloca a los consumidores en una posición vulnerable, donde la transparencia no siempre es la norma y en la que los verdaderos profesionales del sector deben competir en un mercado a menudo marcado por prácticas desleales y un elevado intrusismo.
La falta de una regulación clara y uniforme permite que cualquiera, con o sin las credenciales adecuadas, actúe como intermediario en la compraventa de propiedades. Esto, además de comprometer la calidad del servicio ofrecido, también mina la confianza que el público podría depositar en estos profesionales. La protección al consumidor queda relegada a un segundo plano, en beneficio de una libertad de mercado que no siempre juega a favor del cliente.
Además, la ausencia de transparencia en muchas de estas operaciones es un obstáculo significativo. Los consumidores frecuentemente se encuentran con información insuficiente o engañosa sobre las propiedades y las condiciones de las transacciones. Esta falta de claridad puede llevar a decisiones mal informadas, resultando en compras que no se alinean con las verdaderas necesidades o posibilidades del comprador.
Por otro lado, es esencial reconocer la importancia de un enfoque centrado en las personas, como mencioné en mis reflexiones anteriores. La orientación hacia el cliente y la especialización detallada son fundamentales para proporcionar un servicio de calidad. Sin embargo, estas prácticas solo pueden ser efectivas dentro de un marco regulatorio que garantice la equidad y la transparencia en todo el proceso de intermediación.
Este entorno debería fomentar la cooperación entre agentes y agencias para mejorar la calidad del servicio, como se practica en algunos de los mejores ejemplos de la industria. Sin una estructura regulatoria sólida que respalde estas iniciativas, incluso los mejores esfuerzos pueden verse socavados por aquellos que no siguen las reglas.
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La necesidad de una "profesionalización creciente" es evidente y urgente. Este proceso debe estar acompañado de un marco legal que respalde y promueva prácticas éticas y técnicamente avanzadas.
Es el momento de que las autoridades pertinentes tomen medidas para asegurar que la intermediación inmobiliaria no solo sea vista como un negocio lucrativo, sino como una profesión digna de confianza y respeto. Esto implica establecer normativas claras, formación obligatoria, aplicar fiscalizaciones efectivas y promover una cultura de transparencia y cooperación que beneficie a todos los actores involucrados, desde los profesionales inmobiliarios hasta el consumidor final. Esto es posible sin limitar el libre acceso a la profesión y la libre competencia.
En conclusión, la realidad del mercado inmobiliario aún deja mucho que desear en términos de regulación, transparencia y protección al consumidor. Para avanzar hacia un sector realmente profesionalizado y respetado, es imprescindible que se implementen reformas estructurales que garanticen la equidad y la eficacia en el servicio inmobiliario. La confianza de la sociedad en esta profesión dependerá en gran medida de nuestra capacidad para enfrentar y superar estos retos.
Ricardo Sousa
CEO
CEO GP-GRUP | Peritos Judiciales | Legal Experts | Arquitecto Técnico | Ingeniería Edificación | Project Management | Valoraciones Inmobiliarias | Perito IRD | Sigue mi contenido en LinkedIn 👉🔔
6 mesesTotalmente de acuerdo Ricardo Sousa MRICS un saludo ✍🏻