El esfuerzo no es necesario

En 2006 comencé a trabajar como profesional independiente, ayudando a gran cantidad de personas: desde atravesar situaciones de gran peso emocional, hasta toma de decisiones trascendentes para su vida personal, amorosa, laboral y social.

Eso fue luego de muchos años, 23 para ser exactos, de trabajar en la empresa familiar donde si bien estaba de mis padres la mejor intención para que ese sea “mi futuro”, nunca llegó a ser “mi lugar en el mundo”, decidiendo luego de mucho meditarlo y años de estudio, independizarme y comenzar mi carrera profesional, desde cero, siendo adulto.

¿Te imaginas mis miedos?

Miedo a dejar atrás “algo seguro”, a iniciar siendo adulto, a que las cosas no me resulten como espero, a lo nuevo, a lo desconocido.

Si bien el miedo está por debajo de cada una de esas cosas, mi punto contarte que esos miedos estaban en mi, a causa de pensar la situación de un modo PERO esos pensamientos no eran míos, solo estaban en mí.

Esto significa que mi mente (y la tuya) estaba (y está hoy día) programada a partir de creencias sociales, experiencias familiares, mensajes y mandatos de todos lados (padres, escuela, etc.) que me llevaba a ver la vida de un modo determinado.

Ver de un modo, implica pensar, entender, sentir, y desde ahí decidir.

Lo que está bien, lo que está mal, lo correcto e incorrecto, lo que “se supone que si” y “que no”, etc.

¿Te suena conocido? Te cuento esto porque desde mi cambio laboral y durante muchos años, pensé que el resultado vendría de mucho esfuerzo y sacrificio. Lo que aprendí en mi casa con palabras y ejemplos fue exactamente eso “con esfuerzo y sacrificio las cosas se logran”

Luego de quedar casi en el camino, casi abandonar todo, me detuve a pensar si la vida era realmente así o había otros caminos para hacer que las cosas pasen, disfrutando, o al menos... no sufriendo.

Si... hay otro camino, y yo soy la prueba exitosa de ello.

¿Qué hice? Enfrenté todas y cada una de las creencias que fui descubriendo, que me producían esos miedos. Necesité relacionarme con ellas, escucharlas, comprenderlas y finalmente crear nuevas que me sirvieran para avanzar en lugar de dejarme detenido, frustrado, perdedor.

De hecho, todo eso me llevó a pensar "no sirvo" "no soy suficientemente bueno para re-comenzar" "no podré vivir de esto" y otra cantidad de pensamientos frustrantes y limitantes, que solo reforzaban lo que ocurría, haciendo fuerza en lugar de detenerme para auto-conocer mas de mi.

Quizás se trate de pensar “inteligentemente”, o quizás se trate de hacer un trabajo de detective para descubrir y mejorar creencias que te tienen haciendo fuerza e invirtiendo salud, para llegar a tus objetivos.

¿Te ocurre?. ¿En qué área de tu vida? Dejame tu comentario e intercambiemos puntos de vista.

Alejandro

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