EL ESLABÓN PERDIDO

EL ESLABÓN PERDIDO

El pájaro extiende sus alas y se lanza al vuelo. Él sabe que sus alas harán lo que tienen que hacer. No teme a caerse, ni al viento o al vacío, no titubea, solo va. Su compañero confía en que él hará lo que tiene que hacer, en el momento justo y espera su turno.

Pero, y los seres humanos ¿por qué no confiamos? Hace años, nuestros ancestros daban su palabra para hacer un trato y la cumplían. Existía un código de ética implícito en ello. Los acuerdos verbales eran respetados y cumplidos. Ahora son necesarios sellos, firmas, abogados, etc, etc, etc, para asegurarnos de que el otro mantendrá su compromiso o promesa. De no hacerlo, probablemente nos decepcionaríamos, así nos lo han enseñado.

¿Cuándo se rompió la confianza? ¿Por qué preferimos hacer las cosas solos, a nuestra manera, evitar tener que ceder y ponernos de acuerdo? ¿Por qué nos resulta tan difícil adaptarnos al otro y aceptar su manera de ver y hacer las cosas y tratar de encajarlas con las nuestras? ¿Por qué nos alegramos si logramos sacar ventaja de una situación aunque sea a costa de los demás?

Es acaso nuestro gran ego el que nos hace creer que, si no lo hacemos nosotros no quedará bien hecho, o que solamente nuestra estrategia es la indicada y dará buenos resultados, que el otro es el equivocado, el raro, el inútil?

Cuando uno mira, por ejemplo, un partido de futbol de un equipo europeo de alto desempeño, ve como su manera de jugar es muy rápida, hacen pases precisos y cada jugador parece estar en el momento y lugar adecuados, como si se leyeran la mente unos a otros, y todos muestran una fuerza y confianza inabalables.

Si analizamos un poco su juego, veremos que no solo denota técnica, entrenamiento y liderazgo, hay una plena confianza entre compañeros, cada uno sabe que el otro dará lo mejor de sí para alcanzar la meta del equipo, casi que predicen sus movimientos y dan todo esos 90 minutos por lograrlo.

Las jugadas más increíbles y los mejores goles en el futbol son el resultado de un momento mágico en el que la acción se conjuga con una concentración relajada y una confianza inabalable. Basta mirar los rostros de los jugadores. Y los equipos donde solo hay una estrella y no hay trabajo el equipo, terminan por desmoronarse, porque no siempre el jugador principal estará en su mejor momento.

La siguiente pregunta es: ¿Qué pasaría si en nuestra organización aprendiéramos a jugar así? y ¿si pudiéramos pasar el balón seguros y confiados en que nuestro compañero hará lo que tenga que hacer y dará lo mejor de sí para lograr la meta? ¿Qué no seríamos capaces de lograr si tuvieramos una confianza inabalable los unos hacia los otros y todos hacia nuestro lider? El cielo es el límite.

El eslabón perdido en las organizaciones se llama CONFIANZA.

¿Por qué una empresa como Google y los Mejores Lugares para Trabajar o Best Place to Work, tienen salas de juego y de descanso para sus colaboradores y no se están preocupando porque sus empleados se aprovechen de ello y pierdan el tiempo? Dan confianza y reciben compromiso y responsabilidad. Claro está, tienen también un excelente proceso selectivo.

En fin, quisiera que reflexionáramos con estas palabras y su significado, ¿cuál es el grado de confianza que depositas en los demás?, ¿Cuánto haz llegado a confiar de 0 a 100? ¿Eres capaz de delegar en otros tareas importantes de tu empresa? ¿Eres capaz de trabajar en equipo, no solo profesarlo como un cliché, sino permitiéndose unos a otros equivocarse y aprender para crecer y consolidar al equipo? ¿Qué te impide confiar?

Construir o ganarse la confianza de alguien lleva tiempo, requiere de paciencia, trabajo, tolerancia, insistencia...claro, no es fácil. Pero, ¿que grandes logros lo son?

El que tenga la paciencia y constancia de sembrar y cultivar la confianza en su casa, su equipo, su empresa, será capaz de cosechar familias más unidas, equipos más sólidos y organizaciones con una Cultura Organizacional Poderosa, lo que genera un Clima Organizacional Envidiable, donde cada miembro se siente como un pequeño engranaje, cuyo aporte es indispensable para que todo funcione y la organización pueda llegar a la meta una vez más.

Es necesario entonces, volvernos una gran familia, sí, no podemos pretender convertir a los colaboradores en cifras, indicadores y gráficas. Tampoco podemos pretender tener un policía vigilando a los miembros del equipo desde el amanecer hasta el anochecer para que haya garantías de un buen desempeño.

Hay que saber llegarles a las personas y hay que CONSTRUIR confianza entre todos, en las intenciones y acciones y así saber que al tirar el balón, el otro estará en el lugar y momento adecuados y hará todo lo necesario para dar el mejor siguiente paso posible y entre todos, meter el anhelado gol de la victoria.

Espero que esta semana propicies una charla en tu empresa sobre el nivel de confianza entre los miembros del equipo y qué pueden hacer para aumentarlo y pasar al siguiente nivel.

Que bueno sería que sin mirarse siquiera, tuvieran la certeza de que el otro estará en el lugar y momento adecuados, dando lo mejor de sí para obtener un resultado inmejorable juntos.

No hagas lo que todos hacen, no sigas lo que todos siguen, cuestiona el status quo y arriésgate por las cosas que valen la pena.

Encuentra el eslabón perdido en tu casa y en tu trabajo.

Que tengas una Excelente Semana!

Namasté.

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