El Estoicismo en el Trabajo: Serenidad y Eficacia en Tiempos de Desafío
En el entorno laboral moderno, enfrentamos constantemente situaciones que están fuera de nuestro control. En lugar de luchar contra ellas, el estoicismo nos enseña a centrarnos en aquello que sí podemos manejar: nuestras acciones, reacciones y decisiones. Como afirmaba Epicteto, "no son las cosas que nos suceden, sino cómo actuamos ante ellas" lo que determina nuestro bienestar.
Control vs. Lo Incontrolable
El primer principio del estoicismo es discernir entre lo que está bajo nuestro control y lo que no. En el trabajo, esto puede traducirse en aceptar los protocolos y manuales de la empresa como guías necesarias. Aunque en ocasiones creemos que podríamos hacer algo mejor, las reglas están diseñadas para gestionar situaciones complejas, donde mantener la calma y el control es esencial. No debemos gastar energía luchando contra el sistema, sino utilizar los recursos que tenemos a nuestra disposición, como la línea de mando, para tomar decisiones acertadas.
Técnicas Estoicas Aplicadas
El estoicismo nos ofrece diversas herramientas para lidiar con el estrés y la incertidumbre en el trabajo:
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La Práctica de la Aceptación
El emperador Marco Aurelio, uno de los máximos exponentes del estoicismo, enfrentó guerras, pestes y hambrunas durante su reinado. En sus escritos, enfatiza la importancia de aceptar la realidad tal como es, sin resistencia. La aceptación no significa rendirse, sino adaptarse a lo que ocurre y, desde esa calma, actuar de manera eficiente. En el entorno laboral, resistirnos a las dificultades o desear que las cosas fueran diferentes solo agota nuestra energía mental. Aceptar las tareas difíciles como parte del proceso nos permite liberar esa energía negativa y enfocarla en soluciones.
Enfrentando los Desafíos con Serenidad
En conclusión, el estoicismo nos invita a adoptar una actitud de serenidad y aceptación frente a los desafíos del trabajo. Al reconocer que hay situaciones fuera de nuestro control y al usar los protocolos, la línea de mando y las técnicas de categorización como herramientas, podemos tomar decisiones más acertadas, evitando el desgaste emocional. La clave está en cómo actuamos, no en lo que sucede.