El fracaso del discurso moral: Boric, Monsalve y la hipocresía millennial
En marketing, nada destruye una marca más rápido que la incoherencia entre lo que promete y lo que entrega. Gabriel Boric y su coalición han construido un caso de estudio perfecto de cómo un discurso político moralizante y confrontacional puede convertirse en su mayor debilidad. Prometieron ser distintos, pero terminaron siendo un espejo distorsionado de lo que criticaron. No se trata solo de contradicciones políticas; es el derrumbe de un relato construido sobre eslóganes grandilocuentes que nunca fueron sostenidos por acciones coherentes.
El discurso moral: de herramienta política a búmeran destructivo
Desde sus orígenes en el movimiento estudiantil, Boric y su círculo se posicionaron como los abanderados de la justicia social y la superioridad ética. Frases como "no fueron 30 pesos, fueron 30 años" encapsularon su narrativa de lucha contra un sistema que consideraban podrido. Sus críticas a las políticas neoliberales, los Estados de Excepción, los tratados internacionales como el TPP-11 y la supuesta complicidad de las élites con las desigualdades estructurales resonaron con fuerza en un país cansado de promesas incumplidas. Pero el problema con los eslóganes es que, si no los respaldas con acciones coherentes, terminan siendo un arma de doble filo.
Hoy, Boric gobierna con más Estados de Excepción en la Araucanía que cualquier gobierno anterior, aprobó el TPP-11 tras años de oposición férrea y ha defendido a su círculo cercano con un criterio que no aplicó a sus adversarios. En términos de marketing político, esto es una traición directa al "cliente" que creyó en su propuesta. No se trata de errores aislados, sino de una falta estructural de consistencia que convierte sus promesas en mentiras evidentes.
Feminismo y narrativa de género: el colapso de una bandera política
Uno de los pilares fundamentales de su discurso fue el feminismo, una bandera que ondearon con fuerza para diferenciarse de los “políticos tradicionales”. Sin embargo, la gestión de denuncias como las de sexting contra Boric y la de violación contra Monsalve muestra que este feminismo no era más que un recurso retórico. ¿Dónde están las acciones concretas para proteger a las víctimas? ¿Por qué se desacredita a una mujer denunciante, calificándola de “loca” y “acosadora”? ¿Dónde quedó el compromiso con la perspectiva de género?
Este manejo no solo destruye la confianza en su compromiso con el feminismo, sino que además entrega munición a sus críticos. Porque no se puede gritar "ni una menos" y después aplicar un doble estándar cuando los acusados son aliados políticos. Este feminismo de cartón, que se utiliza cuando es políticamente conveniente y se abandona cuando es incómodo, no solo les resta credibilidad; destruye cualquier posibilidad de reconstruir esa narrativa.
La crítica al neoliberalismo: eslóganes contra la realidad
Durante años, Boric y su coalición hicieron de la crítica al neoliberalismo una de sus banderas más potentes. La oposición al TPP-11 fue uno de sus caballos de batalla, una muestra de cómo lucharían contra la subordinación de Chile a intereses corporativos internacionales. Sin embargo, una vez en el poder, no solo aprobaron el tratado, sino que lo hicieron con una velocidad y discreción que pasaron casi desapercibidas. Este giro no es un simple cambio de postura; es la validación de que las críticas al TPP-11 no eran más que un eslogan.
Lo mismo ocurre con la gestión económica. Se presentaron como los defensores de los más vulnerables, pero su gestión ha demostrado ser incapaz de responder a las demandas sociales sin recurrir a las mismas herramientas que criticaron. En términos de branding, este es el equivalente a lanzar un producto que promete ser revolucionario, pero que termina siendo una versión mediocre de lo que ya existía.
Recomendado por LinkedIn
Los Estados de Excepción: la contradicción más evidente
Pocas cosas muestran la incoherencia de Boric y su coalición tan claramente como los Estados de Excepción en la Araucanía. Durante años, criticaron a gobiernos anteriores por recurrir a esta medida, calificándola de represiva e ineficaz. Sin embargo, bajo su administración, se han aplicado más Estados de Excepción que en cualquier otro período reciente. Esto no es solo una contradicción política; es una traición directa a su narrativa.
Desde una perspectiva de marketing, esta inconsistencia destruye uno de los pilares fundamentales de su marca: la promesa de hacer las cosas de manera diferente. Y cuando una marca basada en la diferencia comienza a actuar igual que sus predecesoras, el resultado no es solo la pérdida de confianza; es el colapso total del relato.
Marketing político y moralismo: una estrategia que siempre falla
El problema de Boric no es solo que no cumplió sus promesas. Es que construyó su narrativa sobre una base insostenible: la moralidad. En marketing político, venderse como el “bueno” de la historia es una apuesta peligrosa, porque no deja margen para errores. Y la política, como cualquier actividad humana, está llena de errores. Cuando te posicionas como el líder ético, cada contradicción, cada decisión cuestionable, se convierte en un misil que destruye tu marca.
El caso de Boric no es único. La historia está llena de líderes que intentaron usar la superioridad moral como herramienta política, desde la era victoriana hasta los movimientos populistas contemporáneos. Y siempre terminan igual: con un público decepcionado y una credibilidad hecha pedazos. Porque la moral no es una estrategia sostenible; es un estándar imposible de mantener en un sistema tan complejo como la política.
La lección para la política chilena
No se trata de ser de izquierda o de derecha. Este análisis no es una defensa de los adversarios de Boric, porque ellos también han caído en las mismas trampas. La lección aquí es para toda la política chilena: el moralismo no funciona como estrategia a largo plazo. Lo que necesita el país no son líderes que prometan pureza, sino líderes que sean coherentes. Que digan lo que van a hacer y luego lo hagan, sin esconderse detrás de discursos grandilocuentes ni banderas oportunistas.
El fracaso de Boric no es solo el fracaso de su generación o de su coalición. Es el fracaso de un estilo de marketing político que se basa en eslóganes y superioridad moral, en lugar de hechos y resultados. Y mientras la política chilena siga operando bajo esa lógica, seguiremos viendo líderes que prometen el cielo pero terminan entregando más de lo mismo.
¿Qué sigue?
Boric y su equipo no solo enfrentan una crisis política; enfrentan el colapso de su marca. Reconstruirla será casi imposible, porque el daño ya está hecho. Pero el verdadero desafío no es solo para ellos, sino para el sistema político en general. Si la lección que deja este fracaso no se traduce en un cambio real –menos eslóganes, más coherencia–, la política chilena seguirá atrapada en un ciclo de decepción y desconfianza.
Lo que queda claro es que el discurso moral, sin hechos que lo respalden, no solo es inútil; es destructivo.
Innovación > Desarrollo > Plataformas > Capacitación
4 semanasdebacle? la derecha tiene una debacle moral estimado...severa, aguda y endémica
IT Specialist / Web Developer
1 mesBuen artículo y refleja lo que he pensado de la gestión del gobierno actual, sobretodo en lo que a lo de promoverse como gobierno feminista y en su actuar se termina contradiciendo. Me recuerda a ciertas conversaciones que tuvimos hace unos años atrás.
Autor, Consultor y Docente Innovación y Emprendimiento | Estudiante de Doctorado en Administración |Director de Empresas | Senior Partner KHREA
1 mesEstoy de acuerdo en prácticamente todo lo que señalas en cuanto a lo evidente de la contradicción del discurso con los hechos. Sobre lo que no estoy tan seguro es sobre tu idea de que esas contradicciones sean percibidas como traición por la base de apoyo de Boric. Es más, yo soy bastante de la idea que si se presentara en 4 años más, sus posibilidades de ser reelecto son muy altas. Entonces, la lógica del marketing de que la falta de coherencia en una marca se traduce directamente en pérdida de clientes no estoy tan seguro que aplique en este caso. Saludos