El funcionamiento del modelo educativo español
Albert Einstein defendía que todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su capacidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil. La educación constituye la base fundamental sobre la que se cimienta nuestra sociedad y nuestro futuro; la creación y formación de los jóvenes que tendrán el timón de nuestro mundo en sus manos. Sin embargo, nuestro sistema y el porvenir del mismo está plagado de cuestiones y preguntas: ¿es correcto el funcionamiento del sistema educativo español?, ¿qué objetivos persigue nuestro modelo?, ¿está desnaturalizada la educación?
Nuestro modelo educativo ha tenido, tiene y tendrá, a menos que pongamos el grito en el cielo, un grave problema; se nos enseña en qué pensar, y no se nos enseña a pensar. No formamos a los líderes y profesionales del futuro, si no que alimentamos la mediocridad de una sociedad en clara decadencia. El objetivo de nuestro sistema debe ser el de forjar mentes insaciables de conocimiento y saber, con actitud y visión crítica. Nuestro modelo educativo se empeña, desgraciadamente, en juzgar a los peces por su capacidad de escalar a los árboles y a los monos por su capacidad de respirar bajo el agua. ¿No es cierto entonces que la educación está desnaturalizada y no se centra en potenciar lo mejor de cada individuo para que disfrutemos de una sociedad heterogénea y diversa?
Nuestro sistema no funciona; los informes de calidad educativa lo corroboran y dejan en evidencia las deficiencias de un modelo acabado que ha sido manipulado y maltratado por las insaciables garras del poder. Ahora es el momento idóneo para hablar, dialogar y debatir sobre la prosperidad, ¿qué cambios necesita la educación en España?, ¿es conveniente un Pacto Nacional por la Educación?, ¿cuándo vamos a comenzar a juzgar al pez por su capacidad de nadar y al mono por su habilidad para trepar?
Alberto García Chaparro