¿El home office tiene un componente de Responsabilidad Social?

¿Y si en vez de pedir a las personas trabajar bajo presión, les pedimos que trabajen bajo pasión? 

Hace algunos días leí un post en Facebook que decía, “menciona algunas de las formas modernas de esclavitud”. Revisando los comentarios, y luego conversando con algunos amigos decidí escribir al respecto, ya que con la pandemia se ha hecho evidente la necesidad de que empresas que no contemplaban la opción de home office o trabajo en casa entre sus operaciones, o aquellas que lo estipulaban sólo unos cuantos días al mes, hayan tenido que readaptar su estilo de trabajo a esta nueva modalidad para mantenerse en el mercado. Esto ha implicado que las compañías tengan que invertir recursos adicionales, y los colaboradores también hayan tenido que crear espacios que les permitan seguir cumpliendo los objetivos de la empresa a larga distancia. 

Las guarderías y los centros escolares están cerrados, los padres más afortunados cuentan con el apoyo de algún familiar que le “de la mano” con los niños, los padres que no, tienen que hacer malabares para apoyar a sus hijos más pequeños con sus clases virtuales y deberes, al tiempo que trabajan desde casa.  

Desafortunadamente, muchos hemos escuchado de supervisores expresiones como: aquí se trabaja bajo presión; son tiempos difíciles, deberías agradecer que al menos tienes trabajo; ponte la camiseta; “vas a solicitar esas horas extras en momentos tan difíciles para la empresa”; vas a tener que encontrar la forma de que tus asuntos familiares no te distraigan de los laborales, entre otras. Pocas compañías se ponen a pensar en el difícil momento que viven esos padres, que han tenido que reforzar sus destrezas para realizar varias tareas al mismo tiempo y para poder cumplir con sus compromisos laborales y personales, en épocas de confinamiento producto de la pandemia. 

Han sido meses agotadores, sobre todo para aquellos compañeros que no cuentan actualmente con apoyo, y además han recibido una disminución significativa de sus ingresos a causa de la “jornada reducida”. De igual forma ha sido difícil para esos niños que no pueden realizar las actividades que diariamente hacían, y no les es permitido convivir con sus amigos.  

Los colaboradores que se sienten valorados siempre darán esa milla extra sin que nadie se los exija, muchas veces trabajaran horas extras sin solicitar compensación adicional y estarán disponibles si llegarán a surgir contratiempos de último minuto. La responsabilidad social corporativa es una decisión de negocio y debe empezar siempre de adentro hacia afuera.   

Seamos empáticos con nuestros colegas, seamos más humanos, creemos valor compartido. Ser más humano debe ser parte de la responsabilidad social individual. Si las cabezas de las empresas lo transmiten, practican y socializan lo hacen parte de sus valores, eso también es responsabilidad social.   

Si deseas ajustar o levantar tu estrategia de Responsabilidad Social comunícate con nosotras a: jebacomunicaciones@outlook.com  

Por último, recordemos que “las empresas más exitosas en el futuro, serán aquellas que decidan alinear los valores corporativos con los valores personales de sus empleados”, Jeroen van der Veer- Shell.