EL IKIGAI: LECCION JAPONESA PARA NUESTROS DIAS.

EL IKIGAI: LECCION JAPONESA PARA NUESTROS DIAS.

By. Mg. Marco Antonio Vásquez Ulloa

En un mundo que avanza a pasos agigantados, en donde el tiempo es oro y el éxito económico mide la felicidad, es necesario hacer un descaso y responder si aquello por lo cual consumimos en tiempo realmente vale la pena vivir.

Cuestiones como cuál es tu “razón de ser” o “el propósito en tu vida” cobra mucha relevancia.  Para Aristóteles la felicidad era el fin último del ser humano. En cambio, para Sócrates su objetivo era buscar la sabiduría y el bien. Para el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, el propósito de la vida es encontrar un propósito y darle sentido. Byung-Chul Han es más crítico y nos manifiesta que hoy en día cada uno se explota a sí mismo, y se figura que vive en la liberta. Indica que nos hemos transformado en sujetos del rendimiento, somos actores y víctimas a la vez.

Es aquí en donde me detengo para comentarles a cerca del IKIGAI. Este concepto emerge como faro que ilumina el camino hacia una vida plena y equilibrada. Originario de la cultura japonesa, el Ikigai puede traducirse como “la razón de ser” o “el propósito de vida”. Esta filosofía propone encontrar el punto de intersección entre cuatro elementos esenciales: lo que amas, en lo que eres bueno, lo que el mundo necesita y por lo que te pueden pagar.

El Ikigai es más que una simple teoría de bienestar; es una herramienta cotidiana que ha contribuido al bienestar social y a la longevidad en Japón. Para ellos, cada día es una oportunidad para contribuir a la comunidad, fortalecer lazos familiares y encontrar satisfacción en actividades simples como cultivar su huerto o preparar una comida tradicional.

Pero el Ikigai no se limita a un contexto exclusivamente japonés. En Chile, donde se enfrentan desafíos sociales y económicos, esta filosofía podría ser una herramienta transformadora. Pensemos en cómo podría aplicarse el Ikigai en comunidades en rezago productivo, ayudándolas a identificar sus fortalezas y crear proyectos que beneficien tanto a las personas como al entorno.

La aplicación del Ikigai también podría ser clave para enfrentar el envejecimiento poblacional en Chile. Al fomentar la participación activa de los adultos mayores en actividades que les den un sentido de propósito, podríamos reducir el aislamiento y mejorar su calidad de vida.

En la Gestión Pública el Ikigai también podría aportar, en el caso de la Región de La Araucanía a promover el desarrollo local sostenible. Esto a través de talleres comunitarios en áreas de rezago productivo que permitan identificar fortalezas locales, diseñando políticas públicas que incentiven proyectos en los que confluyan las necesidades del mercado, habilidades locales y las pasiones de sus habitantes.

El Ikigai más que una filosofía es un estilo de vida que promueve la armonía entre individuo, comunidad y entorno. Intenta usarlo y verás los resultados.

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