El impacto devastador del micromanagement en empresas basadas en la innovación.

El micromanagement, o microgestión, es una práctica gerencial caracterizada por el control excesivo y la supervisión detallada de las tareas de los empleados. Si bien algunos jefes o responsables de equipos pueden creer que esta metodología garantiza resultados de alta calidad, la realidad es que el micromanagement puede ser altamente perjudicial, especialmente en empresas basadas en conocimiento y aquellas que dependen de y en la innovación. Este enfoque no solo socava la moral del equipo, sino que también destruye la creatividad y la eficiencia, factores cruciales en estos entornos.

En primer lugar, el micromanagement fractura los equipos al minar la confianza y el respeto entre los miembros. En empresas de conocimiento, los empleados son generalmente profesionales altamente capacitados y experimentados que requieren autonomía para aplicar sus habilidades de manera efectiva. La microgestión envía un mensaje claro de desconfianza en sus capacidades, lo cual puede provocar resentimiento y desmotivación. Por ejemplo, en una empresa de software (en busca del arca perdido que he conocido recientemente- o sea buscando soluciones a mal clima corporativo), un CEO que insiste en revisar y aprobar cada línea de código (o casi) no solo ralentiza el progreso del proyecto, sino que también disminuye la moral del equipo, llevando a una alta rotación de personal y pérdida de talento ya sea por "aquí te quedas", ya sea por desidia y marasmo "vamos a esperar que nos dicen".

Además, el micromanagement puede tambalear las capacidades de innovación, elemento vital para las empresas que dependen de la creatividad para mantenerse competitivas y renovarse, renovarse, renovarse. La innovación requiere un ambiente donde se permita experimentar, cometer errores y aprender de ellos. Cuando los empleados sienten que cada uno de sus movimientos está siendo vigilado, tienden a evitar tomar riesgos o proponer ideas disruptivas por miedo a represalias o críticas inmediatas. En una startup tecnológica, por ejemplo, uno de los fundadores insiste en aprobar cada detalle de los nuevos productos incluso si estos no acarrean costes derivados, puede sofocar la creatividad y retrasar el lanzamiento de innovaciones clave, perjudicando así la posición competitiva de la empresa en el mercado. O sea, el síndrome que llamo "que un nuevo proyecto se lo proponga su madre".

Finalmente, la eficiencia operativa se ve gravemente perjudicada por la microgestión, aunque tiremos de KPIs, OKRs, Asanas y otra peña. Es la base que se tambalea, las herramientas, son solo capas. En empresas basadas en conocimiento, la eficiencia depende en gran medida de la capacidad de las personas trabajadoras para "tirar p´alante" de manera autónoma y gestionar su propio tiempo. Un entorno de micromanagement crea redundancias y cuellos de botella, ya que los miembros del equipo tienen que esperar la aprobación de cada decisión, grande o pequeña. Esto no solo ralentiza el flujo de trabajo, sino que también puede llevar a errores por falta de continuidad y claridad. Un caso extremo se observó en una firma de consultoría tecnológica donde el jefe intermedio insistía en aprobar cada correo electrónico enviado al cliente. Esta práctica no solo generó retrasos significativos, sino que también resultó en varios contratos perdidos debido a la lentitud en la respuesta, afectando directamente los ingresos y la reputación de la empresa.

Pues por decirlo alto y claro, el micromanagement es un enfoque gerencial obsoleto y perjudicial que puede fracturar equipos, sofocar la innovación y reducir la eficiencia operativa, muy en contra de lo que se espera de este llamado a veces "management a golpe de tambor". Y tanto más en empresas basadas en conocimiento e innovación, poner soga en el cuello al "ternerito" no hace que tire más del carro, hace que intenta liberarse pero cuando deje de intentar puede que ya valga solo para ...el matadero. Igual un ambiente de confianza y autonomía para prosperar individual y como equipo en el competitivo mundo actual da mejores resultado, pero qué sabré yo..... Eso si si quieres comprobar cuanto tiempo tardas en dejar de ser innovador, prueba micromanagement en tu organización. Te reto.

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