El inicio del año: entre metas ambiciosas y olvidos en febrero

Comienza un nuevo año, y con él, la promesa de cambio y mejora personal. Enero suele llenarse de listas interminables de metas: bajar de peso, ahorrar más, conseguir un ascenso o hasta encontrar el amor. Pero, seamos honestos, ¿cuántas veces esas metas han sobrevivido al fervor de las primeras semanas del año? Según estudios, para febrero, más del 80% de las personas han abandonado sus propósitos.

¿Por qué sucede esto? En gran medida, porque nuestras metas no están bien planteadas. Son vagas, desorganizadas y, en algunos casos, demasiado ambiciosas. Lo que nos lleva a frustrarnos antes de siquiera comenzar.

Hoy quiero invitarte a reflexionar y replantear tus objetivos con dos herramientas poderosas: el sistema SMART y un filtro de preguntas socráticas que te ayudarán a clarificar tus prioridades y avanzar de forma más efectiva.

¿Qué hace que una meta sea SMART?

El sistema SMART propone que tus metas sean:

1. Específicas (Specific): claras y concretas.
2. Medibles (Measurable): que puedas evaluar tu progreso.
3. Alcanzables (Achievable): realistas y posibles dentro de tus capacidades.
4. Relevantes (Relevant): importantes para ti y alineadas con tus valores.
5. Temporales (Time-bound): con un plazo definido para cumplirlas.

Veamos algunos ejemplos de metas comunes:

Meta: Bajar de peso

• Versión tradicional: "Quiero estar más delgado este año."
• Versión SMART: "Voy a perder 5 kilos en tres meses caminando 30 minutos diarios y reduciendo un 20% mis carbohidratos."

Meta: Comenzar un negocio

• Versión tradicional: "Quiero emprender."
• Versión SMART: "Voy a lanzar un negocio de consultoría digital en los próximos seis meses, dedicando dos horas diarias a la planificación y desarrollo."

Meta: Conseguir pareja

• Versión tradicional: "Quiero encontrar el amor."
• Versión SMART: "Voy a inscribirme en actividades sociales y aplicaciones de citas, asistiendo a al menos dos eventos sociales al mes durante los próximos tres meses."

Meta: Vacaciones

• Versión tradicional: "Quiero viajar más."
• Versión SMART: "Voy a ahorrar $200 al mes durante los próximos seis meses para pagar un viaje de cinco días a la playa en julio."

Meta: Comprar un coche

• Versión tradicional: "Quiero un carro nuevo."
• Versión SMART: "Voy a ahorrar el 10% de mis ingresos durante los próximos 12 meses para dar el enganche de un sedán compacto en diciembre."

El poder del filtro socrático

Además del sistema SMART, quiero proponerte tres preguntas simples pero poderosas que te ayudarán a aclarar aún más tus metas. Estas preguntas mayéuticas, basadas en el método socrático, te invitan a reflexionar:

1. ¿Lo que vas a lograr puede ser iniciado por ti? Asegúrate de que tu meta depende de tus acciones, no de factores externos. Por ejemplo, encontrar pareja no puede depender de "esperar a que alguien llegue", pero sí de tus esfuerzos por socializar y crear oportunidades.
2. ¿Lo que vas a lograr puede ser controlado por ti? Enfócate en lo que está en tu esfera de control. Ahorrar para unas vacaciones depende de ti, pero no puedes controlar factores como el tipo de cambio o las tarifas aéreas.
3. ¿Cuál sería el primer paso? Define la acción inicial que te llevará a comenzar. ¿Abrir una cuenta de ahorro? ¿Hacer una lista de actividades sociales? Cada meta comienza con un pequeño paso.

De metas ambiguas a tareas claras

Cuando combinas el sistema SMART con estas preguntas reflexivas, tus objetivos se transforman en tareas específicas y alcanzables. Esto no solo te ayuda a mantener la motivación, sino que también te da claridad sobre lo que te acerca o aleja de tus metas.

Por ejemplo, si tu meta es bajar de peso, será fácil identificar si ese hábito de "sólo una galleta más" está alineado o no con tus prioridades.

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¿Y tú? ¿Cómo planeas cumplir tus metas este año? Cuéntame en los comentarios qué primer paso tomarás hoy.

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