El intruso del pensamiento
Estás sentada en la penumbra de tu habitación, el silencio se convierte en un susurro ensordecedor que habita en el eco de tus pensamientos.
Sabes que está ahí. Ese intruso que, sin permiso, se ha instalado en tu mente, asaltando la paz de tu corazón. Es un visitante que llega sin ser llamado, que se infiltra en los momentos de calma y deja su marca de inquietud, de dolor, de duda. Te acecha en las noches solitarias y en los días aparentemente tranquilos, cuando menos lo esperas y cuando más deseas olvidarlo.
Conoces perfectamente de lo que hablo, ¿verdad? Ese pensamiento que no te deja en paz, que insiste en aparecer, en repetirse como un ciclo infinito que no puedes detener. A veces es sutil, una sombra que apenas roza la superficie de tu conciencia, pero que deja una herida punzante. Otras veces, llega con fuerza, como una tormenta que arrasa con todo a su paso, dejándote vulnerable, desgarrada, expuesta.
El intruso se ve de mil formas.
En ocasiones es el reflejo de algo que temes, de un recuerdo que duele, de una culpa que no te abandona. Se disfraza de imágenes que te lastiman, de escenarios que no existen, de palabras que jamás quisieras escuchar. Y mientras intentas respirar, él se burla, se enreda en tus pensamientos, te hace sentir que nunca se irá, que siempre estará allí, guardando el momento para volver a asaltar tu mente.
¿Por qué él y por qué tú? Esa pregunta arde en tu interior, un fuego silencioso que consume en secreto. Sabes que otras personas también tienen pensamientos intrusivos, pero en tu soledad, parece que el tuyo es el único, el más cruel, el más persistente. Te cuestionas si algo en ti lo atrae, si eres débil, si estás rota de una forma que los demás no comprenden ¿Por qué parece que para ellos todo es más fácil? ¿Por qué tú no puedes dejarlo ir?
Lo cierto es que el intruso no es solo tuyo.
Es un visitante que, en algún momento, ha tocado la puerta de muchas almas. Es una presencia antigua, moldeada por el miedo, el dolor y las cicatrices que llevamos por dentro. A veces se presenta como una advertencia, como un eco del pasado o una sombra del futuro, y otras, simplemente, es la manifestación del vacío. Pero el daño que deja en cada persona es único, porque cada una lo recibe con una historia, con un dolor particular, con un corazón que tarde distinto.
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Te preguntas cuánto tiempo más podrás aguantar. Sientes que cada vez que aparece, roba un pedazo de ti, se lleva tu paz, tu confianza, tu alegría. Y en esas noches, cuando estás exhausta de luchar, el dolor parece insoportable, la oscuridad demasiado densa, el peso de su presencia demasiado abrumador. Quisieras gritar, llorar, arrancarlo de ti de una vez por todas. Pero al mismo tiempo, sientes miedo de lo que quedaría después. Porque el intruso, aunque odioso, se ha vuelto familiar, y en su extraña y dolorosa presencia, encuentras algo que te conecta con tu propio ser.
Es entonces cuando te das cuenta de que, quizás, el intruso no es más que un reflejo. Un reflejo de tus miedos más profundos, de tus inseguridades, de las heridas que nunca sanaron. Te muestra lo que intentas ocultar, lo que te duele aceptar. Y en ese momento, surge una chispa de valentía. Porque, aunque te asuste, aunque te haga daño, también te invita a enfrentarte a ti misma, a mirarte con sinceridad, con ternura.
No es fácil. No se trata de un camino que puedas recorrer de la noche a la mañana. Pero a veces, lo único que necesitas es un momento de compasión contigo misma. Un momento en el que reconoces que eres humana, que estás luchando, que el intruso no define quién eres. Que, aunque haya días oscuros, aunque las lágrimas parezcan interminables, dentro de ti hay una fuerza que el intruso jamás podrá robar.
Una fuerza que surge de tu propio amor, de tu propio deseo de ser libre.
Así que respira, y permítete sentir. Llora, si necesitas hacerlo. Permite que las lágrimas laven el dolor, que lleven consigo las palabras no dichas, las emociones reprimidas. Porque en cada lágrima, en cada suspiro, te liberas un poco más. Y cada vez que el intruso regrese, podrás recordarle que eres mucho más que tus pensamientos, mucho más que tus miedos. Eres un alma valiente, una mujer que, aun en su fragilidad, tiene la capacidad de sanar, de amar y de encontrar la paz que merece.
Este viaje no es fácil, y quizás el intruso nunca se vaya del todo. Pero con cada paso que des, con cada acto de amor hacia ti misma, su poder disminuirá. Y llegará el día en que puedas mirarlo de frente y decirle: “Tú no me defines, tú no eres quien soy”. Porque en el fondo, lo que más anhela tu corazón es ser libre, y aunque el camino sea largo, tu deseo de libertad es la chispa que te guiará hacia la luz.
Sigue adelante, porque no estás sola. Aunque sientas que el dolor es tuyo únicamente, muchas almas caminan contigo. Y en este viaje, encontrarás que la recuperación se encuentra en el amor, en la compasión, y en la certeza de que, aun cuando el intruso te visita, tu esencia siempre será más fuerte, más luminosa, y más hermosa de lo que él jamás podrá comprender. Miguel Alemany
De regreso a la posibilidad de aprender y crecer cada día. Asesora jurídica-derecho consumidores bancarios | Atención y enfoque al cliente. Miembro ejerciente del ICATF.
2 mesesIntruso y culpable de tantísimos desvelos
Marketing Digital. Generación de Leads // Diseño y Edición
2 meses"Porque el intruso, aunque odioso, se ha vuelto familiar, y en su extraña y dolorosa presencia, encuentras algo que te conecta con tu propio ser." "Y en ese momento, surge una chispa de valentía. Porque, aunque te asuste, aunque te haga daño, también te invita a enfrentarte a ti misma, a mirarte con sinceridad, con ternura." Es increíble la forma en que pones en palabras lo que se siente en ese momento Miguel Alemany. Creo que el camino es dejar de odiar a ese intruso, amigarnos con él y con nuestras oscuridades y simplemente seguir adelante motivados por esa chispa de valentía que tenemos dentro.
Doctora en Análisis del Discurso. Entreno a opositores que necesitan "softskills" para la Prueba Oral. Enseño a transmitir más confianza, seguridad y asertividad al cantar frente al tribunal.
2 mesesDescribes en detalle lo que se siente al rumiar los propios pensamientos y también cuando dices "lo que más anhela tu corazón es ser libre, y aunque el camino sea largo, tu deseo de libertad es la chispa que te guiará hacia la luz" @Miguel Alemany. A mí me ayuda tratar de meditar.
Profesional independiente // Abogada // Closer de Ventas // Setter Digital // Atención al Cliente // Remoto // Tutora de Español en PREPLY. // Asistente Virtual Real Estate.
2 mesesEl gran saboteador de nuestras vidas. Miguel Alemany