El Líder: ¿Nace o Se Hace?

El Líder: ¿Nace o Se Hace?

La pregunta sobre si el líder nace o se hace es tan antigua y debatida como la clásica cuestión del huevo y la gallina. En mi opinión, hay personas que nacen con cualidades de líder y otras que desarrollan estas habilidades a lo largo de su vida. La clave está en las experiencias que vivan y cómo elijan reforzar sus cualidades innatas, dejarlas latentes o desarrollarlas para alcanzar sus objetivos.

Usualmente, asociamos al líder con un grupo humano, viéndolo como su cabeza. Sin embargo, creo que la primera prueba para alguien que desea liderar es “liderarse” a sí mismo. Si no eres capaz de convencerte a ti mismo de que puedes lograr lo que te propones, a ti, que te conoces mejor que a nadie, será muy difícil que puedas convencer a otros de seguirte o de alcanzar sus propios objetivos.

Liderar implica persuadir a otros para que te sigan, pero a través de las emociones. A lo largo de la historia, hemos visto a grandes líderes como Gandhi, Martin Luther King y Hitler, quienes evocaron diferentes emociones en sus seguidores: paz, justicia y odio, respectivamente. Los líderes no solo son héroes, sino también villanos. Sin embargo, es innegable que tanto unos como otros han logrado captar la atención de miles, incluso millones de seguidores, convencidos por sus palabras y acciones.

Es importante reconocer que el ascenso de un líder suele estar ligado a una coyuntura especial, a menudo social, que crea una "necesidad" o vacío en la gente. Esto genera un ambiente propicio para que un líder, ya sea innato o desarrollado, pueda surgir y llenar ese vacío. Por lo tanto, no basta con desear ser líder; es esencial encontrar una situación o necesidad a la que se pueda ofrecer una solución.

Los términos “jefe” y “líder” no son sinónimos. Los jefes suelen ser impuestos, ocupando cargos corporativos otorgados por logros de desempeño, académicos o por confianza. En contraste, los líderes son elegidos por el grupo, destacándose por aportar un “plus” a los demás, provocando emociones y motivándolos a trabajar hacia una meta común.

Aunque al principio el líder puede no percibirlo, una de las pruebas de su éxito en el liderazgo es la capacidad de fomentar el liderazgo en otros. Potenciar las habilidades dormidas de las personas y ayudarles a descubrir sus propias capacidades crea una “cadena de líderes”, permitiendo que más personas alcancen sus ideales. Esto se asemeja a la famosa "cadena de favores", donde una acción positiva desencadena más acciones beneficiosas para otros.

En conclusión, todos llevamos un líder dentro de nosotros.

Johan Vasquez

Proyectos Multidisciplinarios

3 meses

El Líder se hace. Desde el núcleo familiar se forja un profesional con cualidades espirituales... El bien y el mal. En el camino adquiere conocimientos (mente) y habilidades (cuerpo)... Ahora... El escenario impredecible, fortuito, aleatorio será el momento para saber si hay o no hay Liderazgo en esta persona...

Norma del Carmen Gàlvez_Díaz

Doctora en Enfermería Investigadora Renacyt (III nivel)-Concytec

3 meses

Muy útil

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