El meollo de la Nube, parte 3: El negocio
Este es el tercer capítulo del post El meollo de la Nube, en este caso, dedicado a las empresas pequeñas y medianas y a sus líderes empresariales.
Hay muchas variables posibles para hacer una calificación general de empresas de capital privado pero las más sencilla es el archifamoso rango de colaboradores que usan un computador:
En las megacorporaciones y grandes empresas, las direcciones de TI ocupan a varios profesionales especializados que se dedican a exprimir las TI disponibles para apoyar al negocio.
Son los intérpretes expertos entre el negocio y el mundo tecnológico.
Además, en estas empresas grandes puede haber cargos o departamentos de investigación de nuevas tecnologías que allanan el camino entre las tendencias, las necesidades y planes de la empresa y la arquitectura actual y futura de sus servicios de TI.
La cosa es muy diferente en empresas de menos de 250 usuarios que es en las que pondremos la atención en los siguientes párrafos, abusando de unirlas en una sola categoría, sólo por simplificar.
En estas empresas emergentes, la responsabilidad de las TI recae en el dueño o en el Gerente General o en el director de Finanzas o en un proveedor/asesor externo o en el líder de TI o en un comité que congregue a varios de los anteriores.
Ahora bien, vamos a fijarnos en estas dos perspectivas para profundizar sobre el impacto de la Nube como:
Empecemos con la Nube como una oportunidad para el negocio.
Cuando una empresa se fija en la Nube como posible habilitador de nuevos negocios o como un mecanismo para generar un impacto importante en su clientela, es porque está pensando en transformación digital.
Y, aunque ha sido un tema de abundante exposición en estos años, los líderes de las empresas más pequeñas tienen que estar en tantas cosas a la vez que es muy probable que muchos aun no hayan tenido el tiempo para considerarlo seriamente.
En estas empresas, si el proveedor o las pocas personas que ayudan con los servicios de TI no tienen experiencia con la Nube, no necesariamente son el consejero ideal.
Lo que he visto es que los especialista que aún no han evolucionado a la Nube, por lo general y de manera natural, están en la acera de enfrente defendiendo el valor de su experiencia y tienen una visión sesgada: la Nube es insegura, la Nube es costosa, la Nube es peligrosa.
En consecuencia, el líder de un negocio que siente que la Nube puede hacer algo importante por su negocio no debería quedarse esperando que la “asesoría” sólo venga de su “gente de sistemas”.
Quiero mencionar, por ejemplo, tres oportunidades populares en las que la Nube puede apalancar negocio:
Ahora bien, si el líder de un negocio se siente aun muy lejos de una transformación digital y ninguno de estos ejemplos de arriba (u otros) está en sus prioridades, la Nube pasaría a ser analizada solo como una estrategia alternativa a la hora de renovar sus servicios de TI.
Esta es la segunda perspectiva: Estrategia tecnológica alternativa.
En este caso, la Nube es un tema de TI y de la persona o del comité que maneja las TI, sin embargo, como toda inversión o gasto, también atañe a los líderes del negocio.
Voy a usar mi caso personal, como CEO de una empresa mediana de servicios. La Nube ha estado en nuestras prioridades y voy a explicar nuestras razones.
Principalmente, sentimos que la Nube nos ofrece libertad e independencia (lo sabíamos incluso cuando no estaba disponible), más allá de que en nuestro caso si estamos haciendo una transformación digital.
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Aunque, para mantener cierta objetividad, pero puedas valorar mejor mis reflexiones, debo decir que:
¿Por qué la Nube ha sido la estrategia favorita para nuestras TI en los últimos años?
Hay una analogía que me gusta usar. Exagera mi punto de vista, pero la encuentro valiosa por gráfica.
Supongamos que tenemos 50 colaboradores en la oficina y queremos darles una ayuda para sus comidas y tenemos 2 vías para hacerlo:
Si mi negocio no tiene nada que ver con la restauración, la selección indiscutible sería el bono de alimentación. La Nube es el bono de alimentación y la computación tradicional es el comedor.
Si hablamos de 2.000 colaboradores en un mismo edificio, el comedor, seguramente, está lleno de beneficios.
Para ir terminando por hoy, ahora que ya dejé claras mis preferencias, necesito darle algo de espacio a la alternativa.
Las razones que mencioné para usar la Nube son nuestras y tu podrás coincidir o no. Cada organización tiene su momento y sus realidades para evolucionar o no.
Lo importante es reconocer esta estrategia como una posibilidad y no desecharla por conveniencias o prejuicios de algunos. Por ejemplo:
En fin, que hay razones para las opciones y mi recomendación es que analicemos bien, pero con la mente abierta.
Esto ha sido el tercer capítulo de El meollo de la Nube. Gracias por acompañarme en estos 3 episodios, por leer, cementar o recomendar a quien creas que le pueda interesar.
Feliz día y hagamos que hoy valga la pena… todos los días.