El miedo en momentos de incertidumbre

Hoy nos encontramos viviendo una situación muy particular, es un momento que ninguno de nosotros, ni nuestros padres o abuelos han experimentado antes.

Pasados 23 días de la cuarentena tenemos muchas preguntas sin responder y aunque muchos de nosotros tenemos la madurez necesaria para entender que esta medida de aislamiento nos permite cuidarnos y cuidar de otros, no dejan de invadirnos sentimientos de estrés asociados al cambio, el miedo y a la incertidumbre.

Cambió nuestra forma de trabajar, cambió nuestro relacionamiento familiar al tener que convivir 24/7 en un espacio muy reducido con nuestros seres queridos, muchos de ellos con los que solo interactuábamos pocas horas al día; cambió la forma de manejar nuestras relaciones con amigos y conocidos, cambió nuestra vida.

El miedo es otro sentimiento que está muy presente hoy en nuestra vida, el miedo a enfermarnos o a que alguno de nuestros seres queridos se enferme; el miedo a no tener una cura a esta pandemia o al no lograr predecir que va a suceder en el corto plazo o que tan afectados vamos a quedar después de todo esto desde lo profesional y económico, ya que solo recibimos mensajes de crisis en dónde los medios de comunicación no son nuestro mejor aliado.

Debemos ser conscientes que no todos los seres humanos manejamos este tipo de situaciones de la misma manera. Aquí nuestras experiencias y entornos son únicos y por lo tanto hacen que cada uno de nosotros lo viva de una manera diferente.

Al analizar esta situación diría que hoy más que nunca debemos sacar a flote nuestras dotes de liderazgo. Debemos pensar que sobrellevar esta situación y apoyar a otros a hacerlo, es también un reto tan importante como el que vivimos en nuestras organizaciones. Pensemos que somos los llamados a gestionar esta crisis dando ejemplo y sacando lo mejor como seres humanos.

Cuando esta crisis empezó, creímos que era un problema solo de China y que nunca llegaría a nuestro entorno. Después nos quejamos de por qué no se tomaban decisiones para protegernos. Hoy creo que ya estamos en la etapa de aceptación dónde debo cambiar mis hábitos diarios y buscar oportunidades y apoyar a otros. Recordemos que esto también pasará, pero de cómo lo vivamos será la clave para salir librados de la mejor manera.

 1.      Evitar la carga de información y sobre todo no creer todo lo que leemos en redes sociales. En este punto es muy importante elegir una sola hora del día para informarnos, pero igual de importante, asegurarnos que el medio elegido es reconocido por la veracidad de sus fuentes.

2.      Utilizar la tecnología para llegar a nuestros seres queridos, realizar video llamadas para ver a nuestros padres y hermanos, y más si ellos están por fuera o bien están viviendo este tiempo solos.

3.      Crear espacios innovadores que nos diviertan y nos hagan reír como cafés virtuales, encuentros culinarios, cenas virtuales con amigos de antaño, club de amigos virtuales, etc disfrutando de una vida en remoto.

4.      Generemos espacios para estar solos y para estar en grupo, y dejemos que otros también lo hagan para no generar una saturación del otro.

5.      Mantenernos activos, buscando espacios para realizar actividades que no tengan que ver con estar conectados. Hacer ejercicio, realizar actividades manuales ya sea en familia o de manera individual, aquello que siempre hemos dicho que no podemos hacer por falta de tiempo.

6.      Escoger una rutina diaria donde tengamos horarios y objetivos por cumplir, que puede ser de tipo laboral o de tipo familiar, como bañar nuestra mascota o arreglar ese cajón de papeles que ha crecido mucho en los últimos meses.

7.      Realizar acuerdos de paz: Debemos ser conscientes que el miedo se vence con amor, hacer acuerdos de paz donde evitemos hablar de política, de religión o cualquier otro tema que genere conflicto entre nosotros.

8.      Aprovechar para recuperar el relacionamiento con aquellos que amamos y más con el mensaje que hoy tenemos, donde la vida nos puede sorprender y el mañana puede ser incierto.

 Una vez más tomemos conciencia que en esto no estamos solos, todos estamos tratando de transitar esta etapa desconocida que nos sorprendió sin aviso alguno. Desarrollaremos competencias nuevas donde aprenderemos a reinventarnos creciendo como personas, entre las que podemos destacar la resiliencia y la conciencia social, donde la solidaridad y gratitud nos ayudan a combatir la depresión. Otra oportunidad es poder desarrollar competencias como la adaptabilidad y la flexibilidad temas que son muy valorados en nuestras organizaciones.

Por último, recordemos que todos tenemos formas muy disimiles de asumir situaciones críticas, no a todos nos hacen bien las mismas cosas, pero lo que si vale en todos los casos es pedir ayuda y si te la piden darla.