El "momento perfecto" para escribir un libro.

El "momento perfecto" para escribir un libro.

Buscar el “momento perfecto" detiene la creatividad y nos detiene de contar historias.

¿Cuál es el momento perfecto para escribir un libro? La única manera de saber si estamos realmente preparados para escribir es escribiendo. Será tu decisión cómo enfrentar el proceso: ¿disfrutándolo o sufriéndolo? 

Nosotros creemos que, cuando un profesional busca el “momento perfecto” para escribir, es porque quiere “disfrutar” de cada momento del proceso y no “sufrir” —el cambio de la rutina, las horas invertidas o, en su defecto, el tiempo que va a tomar contar su historia—. 

Volteando hacia atrás, y después de acompañar a profesionales —emprendedores y empresarios— a escribir más de veintidós libros, te puedo decir que NO podemos planear “disfrutar” de escribir un libro. 

La respuesta más común que recibo al preguntar: “¿Qué es disfrutar el momento de escribir un libro?" es que, para ellos, “disfrutar” significa tener el tiempo de poder sentarse sin ninguna preocupación ni interrupción a escribir su libro de principio a fin. Pero esto no sucede, porque en el proceso de escribir un libro siempre hay interrupciones en las sesiones de trabajo o cancelaciones de último minuto. Y nosotros somos conscientes de ello. 

Por eso, como editorial, hemos desarrollado un modelo de storytelling para acompañarte a escribir tu libro y guiarte paso a paso para lograrlo. Este modelo te ayuda a darle orden, estructura y aterrizar las ideas que se quieren plasmar en el libro, para escribir un capítulo a la vez, combinándolo con todas tus actividades diarias, haciéndolo parte de tu rutina.

Estamos conscientes de que el trabajo —o el negocio— en ese momento es más importante para el autor, porque, no es hasta la etapa final, cuando el autor puede ver materializado el libro y, es entonces, que se vuelve negocio para él.

Es por eso que, para disfrutar el proceso, debemos tomar la decisión de escribir un libro en el momento en que se nos presente la oportunidad y no planear escribirlo hasta que creamos que será el momento perfecto para hacerlo.

Ahora, un punto importante: cuando pensamos en el "momento perfecto" para escribir un libro, en realidad estamos pensando sólo en nosotros y no en el valor que podríamos compartir con los demás. 

Para nosotros, como editorial, cuando hablamos del “momento perfecto” en realidad estamos evitando tomar la decisión de hacerlo.

¿Recuerdas cuando estabas en la universidad o iniciando tu primer trabajo —o negocio— y tuviste la oportunidad de asistir a una conferencia de un profesional exitoso y consolidado en tu industria? Yo recuerdo haber asistido a varias de esas conferencias en la universidad, y mi comentario, al igual que el de varios de mis compañeros, era: “Me gustaría que invitaran a darnos una conferencia a los profesionales que NO están consolidados al nivel de ellos en mi industria, para tener una perspectiva de cómo sortear el mercado o cómo enfrentarme a los retos actuales. Porque, sí, es muy bonito escuchar a las personas exitosas y consolidadas de nuestra industria, pero no puedo identificarme con ellos, porque nuestras circunstancias son muy diferentes”. 

En ocasiones, se puede creer que para escribir un libro debemos estar consolidados en nuestra industria o incluso estar a punto del retiro para tener el permiso de plasmar en un libro nuestras experiencias y/o fórmulas de trabajo que nos funcionaron hace años para llegar a donde estamos.

Esta creencia viene de la idea de que el valor más grande al contar historias y escribir un libro debe ser algo extraordinario que casi nadie haya logrado. Incluso nos hicieron creer que debemos tener un lenguaje perfecto para demostrar expertise en nuestro tema o industria. Todo esto nos lleva a buscar el “momento perfecto” no solo profesional, sino también personal, porque esperamos estar en nuestra mejor versión, mental y emocionalmente, para que cada palabra plasmada demuestre un lenguaje positivo y perfecto.

Se nos olvida que el lector, muy probablemente, está en un estado emocional negativo y, por eso, está buscando la manera de materializar eso que tanto quiere y todavía no ha logrado.

Desde el punto de vista del storytelling, el valor más grande al contar historias es poder CONECTAR y GENERAR CONFIANZA con las personas. Para eso, también debemos escribir cuando NO nos sentimos bien, porque eso nos hace humanos; nuestro lenguaje cambia, se vuelve más emocional y es ahí donde se empieza a generar confianza, porque estás creando vínculos en común con el lector.

Recuerda que el lector quiere leer tu libro para conocer tu perspectiva sobre una situación en específico. Muy probablemente, tú acabas de pasar por esa situación y, además, lograste superar lo que él está viviendo en este momento. Lo único que el lector quiere es conocer una perspectiva nueva de cómo lograr eso que tanto anhela.

Recuerdo que cuando mi mamá estaba en el hospital por cáncer, yo buscaba una manera diferente de cómo enfrentar la situación que estaba viviendo en ese momento, ya que no sabía cómo actuar, porque nadie nos dio un manual para esas situaciones. Yo no buscaba la verdad absoluta, solo una perspectiva diferente que me hiciera sentido, para que me ayudara a sobrellevar la situación y estar ahí de la mejor manera posible para mi mamá.

Descubrí que escribir un libro no se escribe en el momento perfecto, pero sí es el pretexto perfecto para compartir tu perspectiva de la vida y de los negocios con las personas que están pasando por lo que tú pasaste y están buscando una perspectiva diferente de cómo actuar para lograr eso que tanto anhelan. 

Por eso es que en mi libro ¿Te seguirías a ti mismo?, en el capítulo 13, te comparto cómo viví el día que mi mamá muere de cáncer en el hospital. Escribí sobre el momento en el que me hablan para decirme que a mi mamá le quedaban horas de vida, y cómo, después de esa noticia, fue que pude identificar y manejar mis emociones en ese periodo corto de tiempo para vivir ese momento. 

Fue el pretexto perfecto para compartirte un modelo que utilicé para liderar mis emociones en momentos de crisis y, al final del capítulo, compartirte desde mi perspectiva cómo el lector podía aterrizar los aprendizajes del capítulo en su vida personal y profesional. 

Cierro este artículo haciéndote la siguiente reflexión: Escribir un libro es el pretexto perfecto para…


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