EL PAPA FRANCISCO LO DIJO PRIMERO
Los amigos del gobierno están celebrando con euforia el discurso que pronunció Petro en la asamblea de la ONU, en el cual les cantó la tabla a las élites de poder mundial, señalando verdades incontrovertibles, ya sustentadas con estudios y argumentos tanto de la las ciencias sociales como de las naturales; lo cual, por el escenario donde se habló que tiene audiencia universal, tiene mucha trascendencia y se destaca por la osadía de restregarle la verdad en la cara a los grupos de poder económico y político global.
Pero, parece que no son propiamente inéditas las palabras del presidente colombiano. Los mismos temas y las mismas afirmaciones, solo que sin destacar tanto lo relacionado con la coca, en otras palabras, muy parecidas, ya las había dicho el Papa Francisco en el Encíclica Laudato Sí, también llamada “El cuidado de la casa común”, que fue publicada el 24 de mayo de 2015 y, como toda encíclica, tuvo suficiente difusión y publicidad hace ya siete años. Por lo tanto, lo de Petro no fue tan novedoso que digamos, solo que lo dijo en el escenario político e institucional central del poder mundial. Tanto fue el impacto de la encíclica, que los líderes del poder financiero global, Rothschild, Rockefeller y Kissinger, visitaron el Vaticano posteriormente y no se sabe que hablaron con el Papa, pero se cree que lo “regañaron” por lo que escribió en el documento.
No cabe duda que el capitalismo rentista sustentado en el ideario neoliberal que domina el mundo desde 1980, está acelerando el deterioro de la vida humana con la complicidad de oligarquías criollas que existen en todos los países subdesarrollados y que se nutren con las migajas que el capitalismo financiero internacional deja caer de la mesa.
Algunas de las palabras textuales de Laudato Sí, que permiten ver la similitud con el contenido del discurso de Petro son las siguientes:
“Existen propuestas de internacionalización de la Amazonia, que sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones transnacionales”.
“Si tenemos en cuenta que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradación ambiental, del actual modelo de desarrollo…”
“Entre los componentes sociales del cambio global se incluyen los efectos laborales de algunas innovaciones tecnológicas, la exclusión social, la inequidad en la disponibilidad y el consumo de energía y de otros servicios, la fragmentación social, el crecimiento de la violencia y el surgimiento de nuevas formas de agresividad social, el narcotráfico y el consumo creciente de drogas entre los más jóvenes, la pérdida de identidad”.
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“Se pretende legitimar así el modelo distributivo actual, donde una minoría se cree con el derecho de consumir en una proporción que sería imposible generalizar, porque el planeta no podría ni siquiera contener los residuos de semejante consumo.”
“La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica. De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro.”
“Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente”.
“Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones.”
“Pero el poder conectado con las finanzas es el que más se resiste a este esfuerzo, y los diseños políticos no suelen tener amplitud de miras. ¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario?”
“Es necesario que los países desarrollados contribuyan a resolver esta deuda limitando de manera importante el consumo de energía no renovable y aportando recursos a los países más necesitados para apoyar políticas y programas de desarrollo sostenible”.
Entonces, está bien que se aplauda la intervención magistral de Petro en la ONU, pero no se debe desconocer que el Papa Francisco lo dijo primero.