EL PAPEL DE LAS EMOCIONES
Alegría, miedo, tristeza, ira, desagrado (asco) y sorpresa. Son las seis emociones básicas de las personas. Es innegable que las emociones, guían nuestro comportamiento, y ahí, es donde torna un papel esencial la inteligencia emocional, entendida como la capacidad para reconocer las emociones propias y ajenas, y la habilidad para manejarlas.
Pero… ¿Por qué es importante la inteligencia emocional? ¿Es una moda o realmente tiene fundamento? ¿Qué tiene que ver la inteligencia emocional con los recursos humanos?
No nos debemos olvidar nunca, que el objeto de trabajo de los recursos humanos son las personas, y las personas, somos “bombas” cargadas de emociones. Por eso es tan importante la inteligencia emocional.
El saber reconocer las emociones (propias y ajenas) y poder manejarlas, es esencial a la hora de tratar con nuestros compañeros, superiores, colaboradores, etc… porque de esta forma, podremos comunicarnos de una forma más adecuada a cada situación y persona, podemos establecer relaciones más fluidas con nuestros compañeros, podemos entender en qué momento, los trabajadores están motivados y cuando están frustrados y con todo ello, también, tendremos relaciones más cordiales.
Saber reconocer las emociones, y los comportamientos que llevan asociados, nos facilitará que, en momentos de tensión o conflictos, sepamos reconducir la situación, adecuando nuestros comportamientos. Por ejemplo, si tenemos una discusión, con una persona cuyo comportamiento cuando experimenta ira, es alejarse, lo mejor será dejarle ese espacio y tiempo que necesita, para que “las aguas” vuelvan a su cauce y una vez, que se haya rebajado la tensión, retomar la conversación de una forma más adecuada. Si por el contrario, presionáramos a esa persona, para continuar la conversación, podría desencadenar en un conflicto de mayor envergadura.
Para finalizar, añadir que debemos estar abiertos a que los demás expresen sus emociones y otorgarles la importancia que se merecen. Al mismo tiempo, cada uno debería trabajar su propia inteligencia emocional para potenciarla al máximo y poder sacarle el máximo partido y beneficios que lleva asociados, porque como se menciona al principio, las emociones son la base de nuestras conductas.