El Partido que Debemos Ganar

Caprichoso el destino dictó que la anhelada clasificación se defina en Octubre, un mes tan relacionado a los milagros para el peruano común, "Suerte del campeón" le dicen a ese conjunto de eventos que ocurren durante un partido y parecen asistidos por la mano divina, una especie de jugador número 13 que hasta ahora nos había dado la espalda pero en el último partido estuvo más que presente en las atajadas de Gallese, en el palo que evitó el gol argentino y en el manifiesto desgano del subcampeón del mundo, es la "Suerte del clasificado", milagro para el hincha o simplemente porque Dios vuelve a ser peruano.

Sin embargo, hay un gen aún por identificar en el genoma peruano, que nos condena a vivir segundas oportunidades con personajes ligados a tragedias de nuestra historia, (como por ejemplo votar por el mismo gobernante que nos estafó hace varias décadas). Solo en base a esa afirmación pendiente de comprobación científica podemos explicar el deseo de elegir al técnico que siendo jugador nos sacó del mundial y ahora le agradecemos por dejarnos a punto de codearnos con la cofradía que vimos con venenosa envidia cada 4 años, no solo eso, también con la emoción de calcular las pulgadas de nuestro próximo televisor, donde revolotearán foquitas, orejitas y culebras convertidos en unos guerreros espartanos, luchando en el Olimpo de las figuras del balompié y todo en HD, ¡tu no Pizarro!.

Es conocido que las selecciones de fútbol dicen mucho de cómo son sus países, por eso no sorprende que la cantidad de eventos extradeportivos protagonizados por peloteros en el pasado sean también un reflejo de nuestra lograda capacidad para saltarnos las reglas de tránsito, sacarle la vuelta al Estado con los impuestos o arrojar la basura en las calles, sobre todo esto último que se vio en los sitios donde se proyectó el partido, lugares llenos de desperdicios. Ponte la mano en el pecho hincha peruano, ya es hora que los ciudadanos juguemos nuestro propio partido y nos pongamos a la altura mundialista como lo hizo la selección, y así como le rezamos a San Gallese para que tape de todo y no se relaje, lo hagamos también para exigirnos poner nuestros desechos junto con el resto de nuestros fracasos deportivos en caso Perú le gane a Colombia: en el tacho de basura, ¡porque yo creo en ti!.