El peligro de la incultura

Durante estos meses en los que el mundo se ha parado, hemos asistido a la toma de muchas decisiones, en ocasiones contradictorias y por qué no decirlo incongruentes respecto a otras.

Partiendo de que gestionar tantas decisiones, proteger a la sociedad y tratar de contentar a todos los sectores con el fin de que la ruina económica no sea tan catastrófica como la pérdida de vidas, es tremendamente complicado de por sí, estos días asistimos a la última y quizá mayor incongruencia de cuantas hemos sido testigos.

Me refiero a limitar el aforo a los teatros al 50% mientras los aviones, trenes y autobuses van completos. Si en los lugares cerrados es primordial respetar la distancia de seguridad, debería ser en todos los espacios cerrados y no solo en algunos.

Si un medio de transporte al 50% de su capacidad no cubre gastos, ¿alguien se ha parado a pensar en lo que ocurre si se toma la misma medida en un teatro?

La cultura no solo da de comer a muchas familias en España y nos entretiene y ayuda a evadirnos de nuestros problemas, sino que es esencial para abrir mentes, algunas de ellas tan cerradas como el propio confinamiento que hemos vivido.

Una sociedad avanzada que no apuesta al 100% por el teatro, el cine, la música o la literatura no merece llamarse tal.

Como dijo Ignacio García, Director del Festival de Almagro en una reciente entrevista, la cultura no es peligrosa el peligro es la incultura.

Quizá deberíamos reflexionar sobre ello.