El peligroso camino hacia el autoritarismo: liderazgo partidista, no político
Uno de los grandes desafíos de todo Analista Político es ser lo suficientemente audaz para presentar sus ideas con coraje y convicción y por otro lado, saber adaptarse y con humildad cambiar sus opiniones cuando así lo demandan los hechos. Algo así me está ocurriendo y luego de los últimos acontecimientos respecto al proceso relacionado con el acuerdo de amnistía llevado adelante por el Pres. Sánchez y los protagonistas del separatismo en Catalunya, es imperativo, ir hacia atrás en mis artículos para poder seguir hacia adelante en un análisis asertivo, aun dentro de la contradicción que supone ser escritos en dos eras completamente distintas: pre y post pandemia.
Las frases que he repetido con entusiasmo del 2017 al 2019 tales como: “la aceptación de la diversidad ideológica”, “Cataluña está reclamando un cambio en donde la independencia es el último paso”, “debemos parar el Nacionalismo Español” *, todas y cada una de ellas se ven burladas, hasta absurdas a la luz de estos “votos”, si…simplemente votos para conseguir un segundo mandato presidencial del actual Presidente Sánchez. Un acuerdo partidista y viciado, burdo y simplón que lleva a un punto muerto en términos de resolver el conflicto Catalán.
No hay mayor autoritarismo que el que impone cambios radicales mediante el acuerdo entre líderes políticos sin ningún tipo de consulta, o al menos aprobación por parte de la ciudadanía. Una amnistía de esta magnitud supone un paso hacia una reforma Constitucional y es sin duda un motivo más que suficiente para involucrar a los ciudadanos y/o al menos contar con un porcentaje de aprobación muy elevado. Convirtiendo así a sus lideres en representantes, no ya en representantes de su propia agenda viciada por intereses partidistas que perpetúan un modelo de hacer política que no construye sino que eterniza la confrontación ideológica. En efecto, aquella “diversidad ideológica” a la que me refería ya no tiene relevancia, sino que se abre paso a otras prioridades tal ve mas mundanas y/o faltas de visión a largo plazo, pero sin duda sin ambiciones de cambio en el corto plazo.
Sendas protestas a lo largo y ancho del país, que a diferencia de otras épocas y circunstancias-, estas si son un fiel reflejo del sentir popular dada la magnitud y flema con la que se manifiestan. Ya no son Catalanes contra Constitucionalistas, sino líderes políticos contra ciudadanos. Basta con ver la opinión del ciudadano a pie y percatarse de que no existe manipulación en este sentido, sino una nueva agenda que no abandona el sueño independentista pero lo transforma y relega a un segundo plano. No así, los líderes involucrados en llevarlo a cabo que han entregado su carrera de manera exclusiva a dichos fines, dando como resultado el procesamiento de más de 1400 personas que ahora quedarían amnistiadas* pero sin negociación clara respecto a abandonar sus ambiciones.
Pese a la agenda de los futuros amnistiados y el Presidente de Gobierno, Cataluña – y sus Catalanes- ya no ponen la independencia como su prioridad, tal como lo expresaba en recientes declaraciones Arthur Mas: “el proyecto independentista hoy no tiene las condiciones para salir adelante”.*
Sin embargo, la posible realización de un referéndum sigue estando en la agenda de los líderes. Tres horas antes de reunirse con Pere Aragonès en la Generalitat, Sánchez ha asegurado que el referéndum "no cabe en la Constitución" y "no resuelve el problema político". Es interesante explorar como han cambiado las circunstancias al punto que la evidencia nos lleva a concluir que las prioridades de la mayoría de Catalanes no son en relación a la independencia sino a otras cuestiones. “En oportunidad de la preparación de los presupuestos de 2024, el Govern ha preguntado las prioridades de los ciudadanos, que se han decantado como primera opción por reforzar la sanidad, seguido de facilitar el acceso a la vivienda y en tercer punto la lucha contra la pobreza”* Ni rastro de la independencia que en 2018 la situaba en un 4to lugar de prioridades, encabezado por el paro, la economía, y la sanidad.
La primera responsabilidad es la política y no la de intereses partidistas, y se basa en atender las prioridades de sus ciudadanos, el resto termina siendo irrelevante y pasado de moda. En efecto, el conflicto Catalán no es patrimonio de un partido, ni responsabilidad de un Gobierno, ni liderazgo partidista, es un tema nacional, que “quema” la mente y encoge el corazón no ya por la posibilidad de una separación sino por la manipulación partidista a la que está siendo sometida. La evolución que ha tenido en los últimos años, -por llamarlo “evolución”- ha sido una escalada de crear divisiones, especialmente dentro de la propia Catalunya, que en definitiva a medida que se suceden las diversas crisis, se ve que a la ciudadanía ya no le interesa “resolverlo” sino que lo ignora y se centra en lo que considera importante: impacto económico, seguridad, salud, etc. Lo vemos de manera clara gracias a las encuestas de opinión en donde empleo, salud, canasta familiar, etc. constituyen las mayores preocupaciones a nivel Nacional. El conflicto Catalán no ha estado ajeno a este nuevo rumbo y se alinea en torno a dicha tendencia, en donde las manifestaciones en contra de la amnistía especialmente en la propia Catalunya y en porcentajes tan altos, supone un giro radical a la otrora manifestación del 11 de Noviembre de 2017 en donde más de 750.000 personas protestaron en Catalunya pidiendo la liberación de los líderes separatistas*.
La amnistía debería servir para “aparcar el conflicto y poner el contador a cero”* Así lo expresaba Artur Mas en recientes declaraciones. Es de verdad poner el contador a cero e inmovilizar nuevos intentos. De no ser así, nos llevaría a cambiar la propia naturaleza política del mecanismo de la amnistía, en definitiva, sembrar la paz y “borrar” los procesos anteriores. No estamos hablando de indultos, de perdonar, sino de un borrón y cuenta nueva, que consiga seguir el camino desde un ángulo conciliador. En términos prácticos, los separatistas han perdido a nivel de objetivos políticos, aunque si han ganado a nivel personal. Todos los desmanes vividos en los últimos años han contribuido a hacerles perder credibilidad y aún peor, relevancia, al punto de que ni la Unión Europea considera que se deba respaldarlos -incluso han solicitado información detallada respecto a la amnistía- ni de que los propios Catalanes sientan la necesidad de un referéndum. De hecho, en caso de serlo, se debería considerar uno a nivel nacional ya que todo intento separatista supone una reforma Constitucional. En una entrevista en RAC1, y ante la pregunta del Jordi Basté de si sería posible que los ciudadanos catalanes pudieran votar al menos un "referéndum no vinculante", el Pres Sánchez lo rechazó: "Es contraproducente para superar la fractura social". Según ha expresado, la respuesta" al problema "no puede ser un referéndum de autodeterminación" y ha subrayado que el camino es "reforzar el autogobierno" y "buscar espacios de entendimiento dentro de la Constitución"
Es interesante ver que en los resultados de las últimas encuestas, concretamente de Noviembre de 2023* ante la pregunta de si “Quiere que Cataluña se convierta en un Estado independiente?” dan una mayoría absoluta en contra: 52% con un 41% a favor, muy distinto a los resultados de Octubre de 2017 con un 48% a favor.
Claramente aunque no haya existido una mayoría absoluta a favor, nunca se había llegado a un valor como el actual, lo que supone toda una declaración de intenciones respecto a la voluntad de los Catalanes -insisto no la de sus lideres separatistas- no se puede subestimar el impacto económico que este romántico proyecto ha tenido en términos prácticos con la deserción de las principales empresas*. Se estima que un total de 8.700 trasladaron su sede social desde Octubre 2017 a Julio 2023. Muchas de ellas, como “Caixabank, Sabadell o Naturgy suman una facturación de 50.500 millones de euros, una 5ta parte del PIB Catalán”.* Hecho que no parece haber sido contemplado por los líderes del proces y que a la hora de ganar respeto, pierden, regional, como nacionalmente.
Nos preguntamos si la amnistía supone un cambio en términos de generar paz en la región ya que la vía de “reforzar el autogobierno” que se refiere el Pres. Sánchez ya ha sido explorada con anterioridad sin éxito y ha supuesto una reafirmación de los objetivos separatistas. El momentum para la amnistía era cuando la crispación iba en aumento y hubiese servido como forma de negociación para reducir la agresividad de la que se apoderó la región Catalana y que solo la pandemia vino a apaciguar. Estamos convencidos de que está generando paz emocional en los líderes beneficiarios, no así en un proceso que aparenta seguir su cauce no ya desde los ciudadanos, sino única y exclusivamente desde sus líderes generando así múltiples y masivas reacciones en contra. En este dialogo entre lideres y partidos y no entre ciudadanos se ha perdido contacto con el objetivo último: responder estrictamente a las voluntades tanto locales como nacionales, llevando a Cataluña a un punto muerto, en el que no cabe la independencia, ni las concesiones de ningún tipo.
La guerra que los líderes políticos catalanes pro-separatistas siguen alimentando en la región dista mucho de lo que ha sido en 2017 al punto que como muy bien lo expresaba el candidato PDeCAT-Espai Ciu, Roger Montañola “el independentismo sigue anclado en el 2017”*
Es solo con el proceso de la amnistía que vemos el carácter insoportable de un acuerdo estrictamente político partidista, fuera de tiempo y de sentido salvo para los fines exclusivamente diseñados para contar con un segundo mandato del Pres. Sánchez. Solo ello ha llevado a buscar “una salida” para Cataluña, precisamente ahora, cuando en realidad era una elección que a nivel de voluntad ciudadana y votos no hubiese sido posible. Es el triunfo de la negociación entre lideres políticos, no de intereses ciudadanos. La idea que estos lideres representa una cantidad de ciudadanos suficientes como para permitirles llevar adelante este proceso no es real. A la luz de las manifestaciones de miembros de su propio partido se suman las protestas en Catalunya que confirman que ya no existe ese irrestricto respaldo a los lideres separatistas por parte de la mayoría de los Catalanes.
Han llegado muy lejos si…. demasiado incluso para sus propios simpatizantes.
Supone un flagrante atentado contra la democracia, en donde la representación de la voluntad ciudadana, clave a la hora de llevar procesos políticos, se queda fuera. Un acuerdo político debe ser estrictamente considerado como tal, y no una negociación partidista que ni siquiera representa a sus respectivos partidos sino a una elite de poder. Ni siquiera se cuenta ya con el apoyo de la Unión Europea, de los propios líderes separatistas o de miembros del PSOE para avalar la decisión del Pres. del Gobierno. En encuestas recientes (Octubre 2023) el 82.3% de los votantes socialistas rechazaban la amnistía y en un 70% la negociación con Puigdemont*
Es cierto que la consistencia no es propia de los ciudadanos, que cambian su voto acorde al líder de turno, pero es obligación de sus políticos mantener un hilo conductor lo suficientemente flexible y coherente que les permita tener el respaldo popular, sin olvidar la estrategia que permita mantener estabilidad social sin importar que tanto hayan cambiado las circunstancias. En este caso, dicho hilo conductor está basado en criterios políticos de conciliación a nivel nacional, involucrando a todos los partidos y negociando con ellos. La amnistía no podía surgir de un acuerdo con fines oportunistas partidistas, sino de la aprobación, de ser así sí que hubiese sido legitimado y un gran contribuyente a generar paz social y cerrar heridas Lo contrario supone autoritarismo y está fuera del concepto intrínseco de lo que es democracia. Es lo que ha sucedido.
Ahora bien, la amnistía no tiene por qué tener un impacto negativo, es un mecanismo contemplado constitucional e históricamente podemos citar muchos procesos en donde ha servido para dar paso a nuevas etapas, tales como pasar de dictadura a democracia, sin embargo, cuando se realizan de manera masiva, como es este caso, los puntos de negociación deben ser muy estrictos y asegurar las bases de un acuerdo. Siempre, supone renuncia por parte de los amnistiados que pasan a perder poder en aras de un futuro sin el protagonismo anterior.
Cual guerreros petrificados se trataran, los líderes políticos con poco arraigo a buscar aprobación popular, lideran un proceso de amnistía en un escenario donde se rompen esperanzas en varios frentes: de los separatistas que han perdido comba, de los Constitucionalistas que ven reducido su espíritu democrático con una amnistía que buscó conseguir votos, de los ciudadanos Catalanes que han perdido sus ambiciones de independencia avivadas por el fuego de unos líderes que no los hacen sentir representados y por ende se oponen a que sean amnistiados, y finalmente de aquellos que simplemente buscan que cada paso político suponga un paso más a una España de cohesión y estabilidad política pero que solo ven jugadas partidistas y políticos obcecados en sus objetivos y débiles en su habilidad para llegar acuerdos que pasen página y permiten ser resilientes ante las desafíos reinantes. Por lo que, cuando se falla en el esencial cometido de representar la voluntad ciudadana, es que se entra en un espiral de pérdida de valor democrático, por ende, un peligroso camino hacia el autoritarismo basado en intereses partidistas que siempre termina siendo arbitrario.
Cual guerreros petrificados como las chimeneas de la azotea de La Pedrera, Casa Milá, Barcelona, España, los lideres políticos involucrados en este proceso demuestran no ser capaces de conectar con los ciudadanos y representarlos de manera fehaciente. Girando así sobre si mismos, tal como lo hacen estas chimeneas, por el desplazamiento aerodinámico del humo, ellos… por el estancamiento propio de un ambiente poco ventilado, sin ideas creativas y con una falta total de arraigo a la realidad española actual y al reclamo de sus ciudadanos. Falta de empatía política en una guerra sin dinamismo y cambio.
El peligroso camino hacia el autoritarismo…..
Abril 2019
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