El peor enemigo de tu desarrollo profesional

El peor enemigo de tu desarrollo profesional

El mundo está lleno de personas con mucho talento. Con mucho y de muy diferente tipo.

También la sociedad que hemos conformado entre todos, nos hace tener que encajar a menudo en trabajos en los que sólo podemos desplegar una miseria de ese talento aunque no sólo sucede en lo profesional. Y puede ser por:

  • Entornos que no favorecen que uno mismo sea…uno mismo
  • Creencias limitantes acerca de las propias capacidades
  • La mezcla de estos dos: pensar que “como creo que no quieren que lo haga…no lo hago”
  • Momentos personales cuando la energía es limitada
  • Capacidad hipertrofiada de ver las barreras en lugar de las oportunidades

Por supuesto hay muchas otras.

Sin embargo, ninguna de ellas es tan peligrosa como el trote. Sí, trotar, el trote cochinero. Ese ritmo que nos lleva por la vida al ralentí. Esa manera de movernos en la que la mayor parte de las cosas que “debemos hacer” suceden, pero que en realidad no son muy relevantes. No nos hacen conseguir una mejor versión de nosotros mismos. No nos hace explorar con los ojos realmente abiertos. No nos deja expandir nuestras capacidades ni nos genera la adrenalina de hacer algo que no sabemos si nos asusta, nos encanta o simplemente no controlamos en absoluto .

Claro que te da más el aire en la cara cuando vas al trote que cuando estás quieto. Además muchas veces es útil y regenerador, pero expresado de otra manera, no es lo mismo tener 10 años de experiencia en un trabajo, que 1 año repetido 10 veces.

La algodonosa rutina brinda la tentación perfecta para sentirnos bien en la zona cómoda…y nos resta tiempo de estancia allí donde la magia sucede.

Entonces, ¿hay que trotar más rápido?. Como en casi todo en la vida no se trata de hacer lo mismo más rápido, sino de ser increíblemente intencional en lo que haces.

Volvamos por un minuto a lo del principio. ¿cuál es tu talento?. Dicho de otra manera, ¿qué es lo que disfrutas haciendo?. Para cada persona y en cada momento vital, la respuesta puede ser distinta.

Busca de verdad dentro de ti qué es eso que te gusta hacer, lo que te llena hacer. Es decir: si eres una persona que le gusta la parte relacional del trabajo, tareas concienzudas, resolver problemas complejos, la parte internacional de las tareas, pensar profundamente, diseñar elementos de un sistema o ayudar a los demás.

Si eso lo tienes claro (el torrente de la vida, el propio trote y el ruido lucharán por impedirlo) sé absurdamente intencional para que tu trabajo contenga al menos algo de eso que te hace feliz.

Todo trabajo en el mundo seguirá teniendo elementos que aburren o directamente no nos gustan, y es probable que sigamos teniendo que hacerlos, pero ¿y si nos esforzáramos de verdad en hacer que nuestra pasión y nuestro trabajo pasen más tiempo juntos?.

Igual comienza un camino largo,  y quizás no salga como lo planeas, pero es más probable que lo consigas si realmente te pones a ello.

Aunque estés trotando, sé increíblemente intencional en hacer que las cosas que quieres, se produzcan. Otra cosa, ya que te pones, no aspires a algo pequeño.

Un ejemplo: quería hablar del trote cochinero y en lugar de hacer otras cosas, me he puesto a escribirlo.

Alcanza tu potencial. Al menos que no sea por no ser intencional.

David Barreales García

Head of Employee Experience at Openbank | Talent | Culture | Learning | Employer Branding | D&I

6 años

Excelente artículo para tener en cuenta en estos días de vuelta tras unas semanas más tranquilos, en nuestra mano está terminar el año trotando o corriendo.

Buena reflexión Aitor... me ha encantado lo del "trote cochinero"... mal síntoma. Abrazos!

Ignacio Barriendos Hoppichler

Doing Good! Helping companies empower the employees to implement ESG strategies that enable a long term transformation - B2B Executive Lecturer - ESG / Impact / HR tech Entrepreneur

6 años

Aplausos, Aitor. Go hard or go home!

No solo que alguien crea en ti, sino que tu mismo creas en ti ;-)

Josep Serra Cots

Líder en equipos de trabajo. Gestor de emociones, Inteligencia Emocional. Ama a tus colaboradores y no se irán.

7 años

Estoy de acuerdo en todo lo que dices, pero si no hay una persona que crea en tí, lo tienes muy difícil. A estas personas no les suele gustar el riesgo.

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