El pequeño gran detalle que hará triunfar tu inversión tecnológica

Los que nos dedicamos al mundo de la venta de nuevas tecnologías estamos de enhorabuena: cerca del 60% de las pymes de España afirman estar realizando de manera específica inversiones orientadas a mejorar la agilidad empresarial. Esta es una de las conclusiones del último “estudio sobre el lugar de trabajo digital” de Ricoh.

Los máximos responsables de las pymes, dan prioridad a las inversiones tecnológicas que abordan las necesidades básicas de sus empleados en materias de automatización, análisis de datos, gestión de documentos o colaboración.

Personalmente, creo que los avances tecnológicos llegan a un ritmo difícilmente asumible en materia económica para las pymes y que por ello han de priorizarse aquellas inversiones que, a final de año, aporten beneficios o ayuden a mejorarlos.

Nos encontramos entonces con un mercado dispuesto a invertir, que escucha y se zambulle en proyectos que actualizan y remodelan sus viejos procesos para hacerlos más “digitales”. Las empresas invierten meses en elegir los partners que les acompañarán en estos viajes, en evaluar las ofertas y en ejecutar los proyectos. Y llega entonces el momento de hacer cuentas y ver cuánto realmente ha reportado todo ese esfuerzo.

En este punto, creo sin temor a equivocarme, que lo peor que puede escuchar un directivo son frases del estilo: “no se está haciendo uso de la nueva tecnología”, “la gente sigue haciéndolo a la antigua usanza”, “a los empleados no les gusta la nueva herramienta y por ello no la utilizan”.

El problema no es menor, al coste de la inversión directa e indirecta (tiempo y recursos) hay que sumar el esfuerzo que supone adoptar las nuevas herramientas que, a veces, puede acarrear desánimo por parte de sus usuarios. 

Creo que un buen partner tecnológico debe tener en cuenta esta problemática y tratarla en la fase inicial del proyecto, proponiendo de entrada un plan de adopción con diferentes formatos de formación.

Que los empleados formen parte del proyecto es clave para conseguir la máxima implicación.

De manera que, si eres directivo y tengo el honor de que estés leyendo estas líneas, te recomiendo que en tu próximo proyecto tecnológico tengas en cuenta el coste de formación y acompañamiento como parte de la inversión. Es casi tan importante como la garantía postventa y es la mejor manera de asegurar que tanto tiempo y recursos empleados realmente tienen la oportunidad de aportar o mejorar los beneficios de la compañía que representas.