El poder de la capacitaciòn ancestral...
La capacitaciòn, al igual que los valores, ¡comienza en casa!
Muchos hablan con respecto a las fallas del sistema educativo, de la sociedad en decadencia, o de la falta de valores familiares... ¡pero pocos trabajan con respecto a su soluciòn, y generalmente sòlo pierden su tiempo preguntàndose còmo tales problemàticas deben o serìan resueltas... por otros!
¡Las problemàticas referidas tienen prevenciòn y soluciòn anticipada dentro del seno familiar!
En las culturas antiguas, plenas de sabidurìa tanto social como psicològica, segùn varios expertos, tales problemàticas eran atajadas mediante costumbres y tradiciones bastante positivas; baste citar, por ejemplo, a la romana, en donde la importancia del mos maiorum poseìa un àmbito de influencia directa sobre los problemas y vicios que actualmente tanto nos aquejan.
El peso de las tradiciones familiares como los grandes funerales, donde se hacìan desfilar las imàgenes de los antepasados, las respectivas oraciones fùnebres, donde se exaltaba la grandeza de los mismos, a la vez que la del difunto, y el propio hogar familiar, donde pululaban las imàgenes de los ancestros atesorados y valorados como dioses familiares por sus atributos personales mediante exposiciòn tanto de sus imàgenes, como de las mascarillas de los ascendientes en el atrium de la casa, otorgaban un marcado sentido tanto de pertenencia, como de identidad. Ambos factores cumplìan -y cumplen, si se atienden, por supuesto- funciones de integraciòn a un grupo social pequeño determinado y especìfico, es decir, a la familia. Cumplen tambièn, estas costumbres antiguas las necesidades propias de identidad tanto social, como individual.
Es asì como los antiguos y los modernos "juegan en canchas diferentes". Los antiguos, por ejemplo, satisfechos y gratificados por saber exactamente quiènes son, y què se espera exactamente de ellos, "luchaban en el siguiente escalòn", es decir, cuestionaban tal identidad preguntàndose sencillamente si otras formas de vivir podrìan ser mejores. En cambio, los modernos ni siquiera saben què son ni ellos mismos, ni los compañeros o contemporàneos que ven a su alrededor; ¡sòlo tienen vacìos y huecos existenciales para comparar! ¡imposible que sin nada que comparar, puedan elegir màs allà de "otros huecos"!
¿Està por demàs comentar que las familias mexicanas actuales estàn desintegradas, y llenas de individuos enajenados - y llenos de "huecos"- y que constantemente afirman "¡no sè quièn soy!", como lo expresan miles de agrupaciones de ìndole tanto sociològico como psicològico? ¿convendrìa usar estas antiguas costumbres màs como herramienas de "atenciòn psicològica preventiva", que como simples "tradiciones extrañas de pueblos extranjeros"? ¿Usando de nuevo estas antiguas costumbres revertimos un poco el sentimiento de abatimiento y nula identidad individual de nuestros actuales connacionales?
Este mismo mes de junio del 2019 la FEU (Federaciòn de Estudiantes de Guadalajara) con apoyos de la misma UdeG (Universidad de Guadalajara), dieron a conocer los resultados de la encuesta: "¿Còmo somos? ¿còmo estamos?". Resulta que un 81% de los jòvenes universitarios encuestados, admite uso cotidiano de drogas; y un 51% de los mismos confiesa comprar y usar la droga en la misma instituciòn educativa.
Es ampliamente conocido en el campo psicològico -como el experimento: "el parque de la ratas", por citar sòlo un ejemplo- que los individuos, cuando usan drogas, es principalmente debido a que no les agrada la realidad que viven, y a la cual juzgan de "non grata".
Volviendo a la Roma antigua, la importancia que poseen durante la Repùblica primitiva las tradiciones familiares, diò incluso la formaciòn de "estereotipos de sangre", que vinculaban determinados caràcteres a familias concretas (las austeridad de los Quintios, el orgullo de los Claudios, etc.), e incluso, dieron lugar al nacimiento de "arquetipos familiares", pues se esperaba que un Casio, por ejemplo, se inclinase por las obras de caràcter social, mientras que un Manlio, lo hiciera por las artes bèlicas.
En cuanto a la identidad social tambièn hay temàtica interesante.
En el àmbito de la educaciòn romana de antes del Imperio, dos elementos intrìnsecos en la misma destacan por encima de las demàs:
1) La subordinaciòn del individuo a la comunidad.
2) El peso de la tradiciòn.
El primero de los dos elementos referidos, implicaba la consagraciòn de todo ciudadano a la civitas (ciudad o poblaciòn) de la que formaba parte. Tal subordinaciòn y acogida del individuo a su comunidad se manifestaba con el servicio militar, en donde sin importar el rango social, todos los jòvenes ingresaban al mismo como soldados rasos...
¿Comunismo simple o socialismo comunitario para mantener la identidad individual y social, y asì evitar conflictos existenciales? ¡Muchos dirìamos que sì!
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