El Poder de la Resignificación
Los seres humanos actuamos y vivimos según lo que creemos. Detrás de cada pequeña acción hay un pensamiento o creencia que sustenta lo que estamos haciendo y que puede explicar el por qué lo hacemos de una determinada forma.
Las creencias, actúan en un nivel muy profundo de nuestra psique. Algunas son más fáciles de identificar pues responden a patrones que se repiten y se repiten cada día de forma no tan automática e inconsciente como otros comportamientos.
Si vemos y nos relacionamos con el mundo, de acuerdo a lo que pensamos de él y así vivimos la vida, entonces la importancia de revisar nuestras creencias respecto a todo es vital para cualquier proceso de transformación y cambio que queramos realizar, pues muchas de ellas conllevan viejos patrones y paradigmas que ya no responden a las nuevas realidades del ser, del universo, de nuestro estado actual de consciencia. Evolucionar en el hacer, en el pensar, en el sentir, en el tener, entre otros, requiere evolucionar en nuestras creencias.
Resignificar algo, como por ejemplo una creencia, es repensar ese algo para interpretarlo y entenderlo de una manera diferente modificando nuestro anterior concepto o creencia. Sólo así dispondremos de un nuevo contenido en nuestro pensamiento sobre el cual si es posible, o al menos más viable, efectuar cambios en nuestros comportamientos, actitudes, emociones, lenguaje, hábitos, relaciones, etc.
Cada resiginificación, haciendo una analogía con la informática, es como limpiar el computador de virus, actualizar el software y optimizar el funcionamiento del equipo. De no hacerlo, los programas corren cada vez más lentos, la máquina se bloquea, y difícilmente correrá nuevas aplicaciones más exigentes de recursos de la máquina. Igual ocurre con nosotros.
Ahora bien, el poder de la resiginificación sólo actúa desde el pensamiento. Cuando hemos resignificado algo nuestro lenguaje también evoluciona, pues ya no podemos seguir nombrando las cosas y expresándonos igual. Así mismo ocurre con las emociones y por supuesto con el comportamiento.
La resiginificación es una de las muchas vías como podemos emprender procesos de cambio individuales o colectivos. Ello aplica para cualquier aspecto que queramos modificar en nuestra vida y es un factor clave de éxito para asegurar la evolución a la que estamos entrando cada día con mayor velocidad: la evolución de nuestra consciencia.
¿Cómo se resignifica?
Una forma “simple” de hacerlo es escribiendo las respuestas a estas preguntas sugeridas y/o a otras preguntas que puedan surgirte mientras te miras bien adentro, en el silencio, en el encuentro personal
- ¿Qué es __________ (tema) para mí?
- ¿Qué ha pasado con ello al vivirlo de ese modo? ¿De qué me he perdido?
- ¿Si pudiese crear un nuevo concepto sobre ello, cuál sería?
- ¿Qué puedo ganar al vivirlo de ese modo?
- ¿Qué cambios esenciales puedo entonces hacer?
Finalmente, menciono algunos temas sobre los cuales considero es importante hacer una resiginificación pues son precisamente aquellos que más nos limitan la expansión de nuestro ser: El Amor, la sexualidad, el trabajo, el dinero, la felicidad…
Feliz Viaje hacia la Resiginificación.