El poder del “choice” dentro del proceso de aprendizaje estratégico
Columbia Business School #LaEstrategiaEmergente
La “estrategia” una palabra tan compleja y en ocasiones tan sofisticada que debería verse cómo un ser vivo dentro de las organizaciones, una hoja de ruta que permita tener una visión cómo equipo y cómo negocio. La estrategia dista de una serie de reuniones en la que un grupo reducido de personas del C-level se juntan a definir el rumbo, estrategia es el corazón del negocio y emerge de las oportunidades que se presentan, solo se puede llegar a esta por medio de conversaciones y preguntas poderosas que inviten a la reflexión y a la co-creación de un equipo primario diverso, con representantes de las diferentes áreas y niveles jerárquicos quienes ponen sobre la mesa ópticas distintas. Solo así se podrá llegar a un planteamiento, frase o slide que refleje de una forma clara y explicita la “brújula” y los “choices” que se tomaron para lograr una ambición de compañía.
Simplicidad
“Simple puede ser mucho más difícil que complejo”
La complejidad esta por todas partes y usualmente es el camino más fácil, cuando se está haciendo una presentación en la que se deben plasmar varias ideas, lo más cómodo siempre será agregar una diapositiva adicional, pero cuando se pide el mismo resultado en máximo dos o quizás solo una, la mente debe salir rápidamente de su zona de confort y debe hacer “renuncias” que habiliten la simplificación de la idea.
Para plasmar, comunicar y evangelizar la estrategia pasa exactamente igual. Una comunicación con palabras complejas, técnicas, acrónimos y demasiado compleja hace que solo sea entendida por sus creadores, no va a permear el resto del equipo. El problema con esto es que quienes están llamados a ejecutar esta estrategia no van a tener claro el norte, por ende, por más brillante que sea el planteamiento no se llevará a cabo y se tildará cómo un fracaso.
El equipo como eje trasformador
La punta de la pirámide de Maslow marca dos necesidades clave: Reconocimiento y Autorealización, están ubicadas justo después de las necesidades básicas, de seguridad y sociales. Estas dos necesidades hacen parte de un parámetro inicial para construir la estrategia y es vincular al equipo desde el momento cero, hacer que se sientan “parte de” hará que durante el proceso de implementación conecten con el propósito ya que fueron parte de este equipo inicial quien hizo los primeros bosquejos de la estrategia. Todo lo anterior promoviendo la confianza, el trabajo en equipo, el desarrollo de potencial y el reconocimiento no solo aportará oxígeno a la definición, sino que subirá el nivel de estas personas que estén al volante.
Recomendado por LinkedIn
Principales retos para realizar “choices” en los sistemas y organizaciones
Existen algunos detractores del cambio y son bastante evidente durante todo el proceso de iteración, el primero de ellos es La Negación, llega cuando un equipo o persona en particular se aferra a creencias y sesgos del pasado en algún proyecto que no ha dado el resultado esperado, un proyecto al cual se le ha invertido recursos, pero sobre todo tiempo que es aún más valioso y es momento de parar. El siguiente es el Pensamiento en silos, para llegar a un objetivo común es prácticamente imposible lograrlo pensando en los intereses particulares de cada área, finanzas velará por la rentabilidad, supply por los tiempos y movimientos, marketing por la inversión en posicionamiento y ventas cómo vender más a toda costa. Este pensamiento en silos no construye la estrategia, lo que si lo hace es cómo desde el expertise de cada uno puede apoyar a la construcción de algo más grande pensando con un sentido de “empatía corporativa”, poniendo en el centro este propósito común antes del individual. El último detractor es la Comunicación transversal, en muchas organizaciones la claridad de la estrategia se da perfectamente en los niveles superiores que usualmente es donde se gesta, sin embargo, en el resto de los niveles jerárquicos no llega a calar lo suficiente por falta de simplicidad a la hora de comunicarla, frecuencia en esta comunicación, vinculación y definición de roles o simplemente por que se ve cómo algo muy lejano o gaseoso. Acercar la estrategia a todos y cada uno con vías de comunicación sincrónicas y asincrónicas hará que sea un compromiso de todos sacar adelante.
Ecuación para realizar cambios eficientes:
DxVxP>C
Existe una ecuación que asegura un proceso de cambio exitoso creada por R. Beckhard y T. Harris, quienes plantean tres variables iniciales: D: insatisfacción con el estado actual de las cosas, V: visión clara del cambio, P: proceso para llevar las cosas a cabo. Los autores plantean que la suma de estas tres variables iniciales debe ser “mayor” que C: el costo del cambio. Para llegar a las conclusiones deben plantearse foros de conversación directa entre miembros con capacidad de decisión para definir si la suma total supera el costo, durante esta definición de variables la eliminación de paradigmas será vital al momento de concluir.
Preguntas poderosas que clarifican el camino
Finalmente, para llegar lograr “Propuestas ganadores” hay que hacerse algunas preguntas:
¿Qué estoy haciendo diferente o mejor que mi competencia, que genere valor a nuestros clientes elegidos y rentabilidad para la organización?
¿Qué vamos a sacrificar o dejar ir para lograr el objetivo?
¿Esto que estamos proponiendo lo podría interiorizar cualquier miembro de nuestra organización?
Entender el contexto, extraer insights, conocer a nuestro cliente, definir las batallas, desarrollar una propuesta ganadora y al final “definir prioridades” máximo cuatro, será un flujo articulado que marcará el norte de una estrategia y del equipo.