El pragmatísmo educativo del siglo XXI

El pragmatísmo educativo del siglo XXI

Benjamín Franklin decía: “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” la educación ha dado un giro generacional muy importante en la vida de los estudiantes, antes, se pensaba que si tus notas eran sobresalientes, eras el más inteligente del salón, al día de hoy, no solo le damos importancia a una calificación sino también, el involucramiento, el trabajo en equipo, la participación en grupos estudiantiles y cualquier elemento que pueda potencializar nuestras habilidades dentro y fuera del aula y sobre todo, alineadas a un ecosistema de bienestar diseñado para optimizar dichas particularidades de nuestros estudiantes.

Hablar de educación hoy en día, es hablar de nuevas expectativas hacia el futuro de nuestro mundo, en los 80,s la interacción entre países subdesarrollados implicaba el movimiento transversal para poder obtener un conocimiento relevante o bien, bases de datos que nos permitieran conocer de que forma era vista los procesos educativos en otros países, en el presente, basta con un click para tener el máximo acercamiento para ello pero, ¿qué tan bueno es conocer una extensa información cuando no nos preocupamos de lo que estamos haciendo en nuestro entorno?

Para ello, es necesario citar una frase de mi propia autoría: “crecer es inherente, madurar es opcional, innovar es una necesidad”. Dado a que la educación en México depende en gran parte de cómo fueron nuestros padres y su forma de pragmatizar el aprendizaje, ¡nos creamos la fantasía de poder cambiar el mundo y por qué no hacerlo! si tenemos todos los ingredientes para poder crear, construir un país lleno de frutos, tenemos una idea y podemos buscar los medios para ejecutarla, ¡estamos a un click de acercarnos a cualquier parte del mundo y conocerlo todo!

Sin duda, en las aulas de clase, están llenas de personas diferentes, cada uno con sus sueños, sus anhelos, sus conocimientos y sus propósitos y la persona que esta frente a ese grupo de alumnos es un facilitador que guía y orienta a cada uno de ellos, es el portador de herramientas para que sean felices, no importa quien sea, no importa cuanto tenga o de que carezca, la felicidad es el arma más poderosa que un ser humano tiene y en la escuela, es el elemento clave para cumplir con las exigencias que en ella enfrenta.


Aprender es sorprendente, educar es maravilloso, dejar huella es imprescindible. El profesor que trabaja con singular alegría, ahínco y motivación por mover las estructuras del conformismo, es aquel que va a cambiar el mundo, un mundo individual encontrado en cada uno de sus estudiantes que, sin duda, será eternamente recordado como un generador de emociones.

Los alumnos reprueban no por que sean “burros”, si no por que la mayoría de las veces, los maestros no encuentran las formas adecuadas para enseñarles y es el cambio que México quiere, son esos maestros los que estamos buscando a que compartan su experiencia dentro del aula, que encaminen a sus estudiantes hacia una cultura diferente, pero, sobre todo, a pensar siempre en positivo.


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