El problema del emprendimiento en México
Desde que era joven (más joven), sabía que quería ser emprendedor. Lo primero que hice fue adquirir todos los conocimientos que creía necesarios para emprender, que abarcan diferentes ramas como la economía, finanzas, liderazgo, etc. Considero que mi contacto con el mundo emprendedor se dio hace un año después de haber ganado el concurso de Jóvenes emprendiendo en la CDMX 2.0 del FONDESO en colaboración con Gallup. A partir de ese evento he tenido mucho contacto con emprendedores, instituciones que se dedican al desarrollo de proyectos e instituciones educativas que quieren que sus alumnos emprendan. Reconozco que se ha hecho un gran esfuerzo en México por parte del gobierno, instituciones y empresas para apoyar a emprendedores, con la esperanza de que su empresa funcione y cree nuevos empleos formales. Sin embargo creo que hay muchas cosas que estamos haciendo mal. Me parte el corazón ver cuando un joven que ganó algún premio o alguna ayuda económica no aprovecha al máximo las oportunidades que se le presentan, y he visto más casos de estos que de éxito. Otra situación que me incomoda, es cuando me platican que han regresado recursos al INADEM o a la SE simplemente porque se abrió la convocatoria y los emprendedores no se presentaron a pedir el apoyo o subsidio, y hablo de que se regresan cantidades de 20 u 80 millones de pesos.
Algo que aprendí es que siempre hay que tener en mente las necesidades del consumidor, preguntarle qué es lo que quiere en lugar de asumir que conozco sus necesidades. Creo que esto es lo que hace falta en todo programa de apoyo al emprendedor ¿por qué? porque muchas veces los jóvenes no quieren emprender, o no saben si emprender es realmente lo que quieren hacer con sus vidas, pero por no desperdiciar la oportunidad dicen que si y aceptan el apoyo, sin embargo esto en parte se debe a que las instituciones solo apoyan al proyecto y rara vez se toman un momento para preguntarle a la persona si realmente quiere emprender. Cuando formé parte del programa del FONDESO, después de haber sacado 10 en un test de emprendimiento llamado EP10 desarrollado por Gallup (sólo 60 jóvenes de 15mil sacamos los 10 puntos) pasamos a la siguiente etapa que era elaborar un plan de negocios, el cual era evaluado por los directivos de las instituciones educativas. En la rúbrica de evaluación venía un rubro para innovación tecnológica, y como es costumbre, mis compañeros semifinalistas al momento de elaborar su plan de negocios, se enfocaron más en la innovación que en la factibilidad económica. Había planes de negocio sobre plumas espaciales, apps que te decían qué ropa usar, etc. Yo decidí hacer el plan de negocios de una empresa de promocionales que había establecido unos meses antes con mis compañeros de la preparatoria, que no tenía innovación, pero que tenía factibilidad económica. Al momento de la evaluación a nivel Politécnico, quedé en tercer lugar, ya que mi proyecto no era innovador. Pasaron los meses y se corrió el rumor de que el compañero que habían seleccionado como primer lugar había quedado como finalista. Esto me desanimó, sin embargo yo seguí enfocado en mi empresa de promocionales, ganara el concurso o no, yo iba a ser un emprendedor. Después en los resultados finales quedé en tercer lugar, fue algo inesperado (para todos). Y es que tanto los profesores (que también eran evaluadores) como los estudiantes asocian el emprendimiento con la innovación tecnológica, lo cual es completamente incorrecto. Este es el mito del emprendedor, pensamos que porque inventaste algo extraordinario (plumas espaciales) vas a ser buen emprendedor. Una cosa es que seas un inventor y otra cosa muy distinta es que seas emprendedor, de nada sirve que tengas el invento del año en tu garage si obtienes el crédito, abres una empresa y fracasas por no saber vender tu producto y por no tener habilidades gerenciales, financieras y administrativas. Y esta idea es la que permea en la mayoría de las instituciones que dicen apoyar al emprendedor; pero lo que hacen es apoyar a la idea, no a la persona. Si se te presenta la oportunidad para emprender con apoyo de parte de alguna institución (ya sea aceleradora, incubadora o el gobierno) y fracasas, pierdes por completo su atención, cuando no debería de ser así. Lo que fracasó fue la idea, no el emprendedor.
El emprendedor hace las ideas, no las ideas al emprendedor.
Sabemos que hay fracasos previos al éxito, y si esperamos que una persona tenga éxito sólo porque tiene una buena idea estamos muy equivocados, y tenemos un concepto erróneo del emprendimiento. Quizás te lleve 3 fracasos para llegar al éxito, ¡o quizás te lleve 20!. Y el error que cometen los programas de emprendimento es el perder interés en el momento en el que una idea fracasa.
Otro error que cometen es el no preguntar si emprender es algo que quieren hacer. Después de haber ganado el concurso nos llevaron a Washington y regresando nos nombraron embajadores del emprendimiento, asistimos a juntas, eventos, networkings, etc. Sin embargo de los 6 jóvenes que ganamos el concurso sólo 2 emprendimos. ¿Por qué? porque aún teniendo el talento emprendedor, no era lo que querían ser. Así que se metieron a la universidad y siguieron con sus carreras. Y es que en ningún momento nos preguntaron: ¿quieren emprender? por consiguiente nosotros tampoco nos hicimos esa pregunta antes del concurso, nos ofrecieron un viaje gratis a Washington y lo tomamos. Esto pasa en muchos programas de emprendimiento, detectan una idea buena (no a un buen emprendedor), le facilitan crédito, le facilitan todo para que su idea prospere y resulta que su negocio no crece por arriba del promedio. ¿Por qué? porque tenía una buena idea, pero no estaba seguro de que emprender fuera su pasión.
El último error que he identificado por parte de las instituciones es que piensan que emprendimiento y autoempleo es lo mismo. Cuando en las juntas daban los informes del progreso de las instituciones, orgullosamente decían que habían dado en un periodo específico 10mdp a emprendedores de la Ciudad de México. Sin embargo, cuando te presentan los proyectos a los que se les ha otorgado el subsidio te das cuenta que eran para poner una taquería, o una zapatería. No estoy diciendo que esté mal el proporcionar apoyos para estos negocios, sin embargo creo que deberían de saber que en estos proyectos no están incentivando el emprendimiento, sino el autoempleo. Un taquero con un millon de pesos abre una sucursal con acabados muy bonitos, contrata a 7 personas y en 10 años conserva su misma taquería. Un emprendedor con un millón de pesos en 5 años tiene una franquicia de taquerías con más de 100 empleados (ej. El Fogoncito). La diferencia es que un emprendedor hace crecer su negocio a un nivel exponencial, a diferencia del autoempleado, que se siente cómodo con su taquería.
En muchos eventos que he presenciado donde han hablado diferentes directivos de instituciones educativas y funcionarios públicos, hacen la misma pregunta: ¿por qué de México no ha salido un Google, o un Uber?. ¿Mi respuesta? porque no están invirtiendo el recurso público donde deberían. No basta con destinar recursos para apoyar buenas ideas, lo que necesitamos es apoyar al emprendedor.