El reconocimiento: ¿vale la pena intentarlo?
Todos necesitamos ser reconocidos, es una forma de sentirnos apreciados, una cuestión innata del ser humano y requerida desde nuestra infancia. Sin embargo, sorprende la poca cultura del reconocimiento que existe en nuestra sociedad, siendo todavía más evidente en el ámbito laboral.
De acuerdo con el Estudio de Profit From the Positive, los líderes que más reconocen y motivan tienen un 42% de mayor productividad que aquellos que no lo hacen. Otro beneficio es la reducción del absentismo laboral (ya que el empleado no llega a sufrir episodios de estrés, ansiedad y hasta depresión) y abandono de la empresa. Además la retención de talento puede generar entre un 25% y un 85% de incremento en los beneficios de la empresa (ya que se disminuyen costos de reclutamiento e ingreso y los generados por la curva de aprendizaje). Entonces, ¿vale la pena intentarlo?
Por su puesto que sí. Sin embargo, es importante llevar a cabo un reconocimiento constructivo, inteligente y efectivo, que no sólo sea un aplauso, una tarjeta o caer en lo que se podría considerar un favoritismo. No existe una receta perfecta, pero es importante considerar estos 3 elementos como primordiales en la forma de reconocimiento:
a) Que lo comprendan;
b) Que genere las bases para propiciar un desempeño de alto nivel; y
c) Que se lleve a cabo por este desempeño de alto nivel en forma congruente y auténtica.
Es necesario y una pieza clave tanto para colaboradores como para las organizaciones. Y entonces, ¿lo intentamos?