El reto de la vivienda

OPINIÓN

El reciente artículo de El Colombiano sobre la crisis de vivienda en Medellín, enfocado en la mala gestión del Instituto Social de la Vivienda y Hábitat de Medellín (Isvimed), es una llamada de atención urgente para las autoridades locales y nacionales, así como para la sociedad en general. La falta de acceso a una vivienda adecuada y asequible es una de las problemáticas más graves y recurrentes en las ciudades de Colombia y en el mundo, y Medellín no es una excepción.

El artículo señala que Isvimed, una entidad que tiene como objetivo garantizar el acceso a una vivienda digna a los habitantes más vulnerables de la ciudad, enfrenta graves problemas financieros y de gestión que han llevado a una disminución en la construcción y entrega de viviendas sociales en los últimos años. Esta situación, sumada al creciente déficit habitacional en la ciudad, agrava la crisis de vivienda y genera una mayor precarización y vulnerabilidad para amplias capas de la población.

Es importante destacar que la crisis de vivienda en Medellín no es un problema reciente, ni exclusivo de Isvimed. Durante décadas, la ciudad ha experimentado un crecimiento demográfico acelerado y una concentración urbana desigual, lo que ha generado una gran demanda de vivienda y un aumento en los precios de los inmuebles. Además, la falta de políticas públicas integrales y sostenibles en materia de vivienda y hábitat ha dejado a amplias capas de la población en una situación de vulnerabilidad, sin acceso a una vivienda adecuada y segura.

En este contexto, la crisis de gestión y financiera de Isvimed es solo uno de los  síntomas de un problema estructural y complejo que requiere soluciones innovadoras y colaborativas. Es claro, que la forma en que se ha abordado el problema hasta la fecha, no lo resuelve de raíz, y tampoco con la velocidad  que la sociedad lo demanda. Es necesario que las autoridades locales y nacionales, junto con la sociedad civil y el sector privado, trabajen en conjunto para desarrollar  alternativas integrales y sostenibles en materia de vivienda y hábitat, que aborden los desafíos actuales y futuros de la ciudad.

Entre las variables que deben contemplar las soluciones, es fundamental  que la vivienda social  sea asequible, es necesario desarrollar mecanismos de financiamiento y subsidios que permitan el acceso a la vivienda a la población más vulnerable, sin comprometer la calidad de las construcciones y la sostenibilidad ambiental; es necesario replantearnos como estan constituidas las familias actualmente, y como está mutando nuestro índice demográfico, para plantear soluciones de vanguardia, y no solo las soluciones tradiciones que evidentemente no están respondiendo a la altura del reto. 

Además, es necesario que la conversación  promueva la participación ciudadana y la colaboración entre los diferentes actores sociales, en la planificación y ejecución de no solo de proyectos de vivienda; sino incluso más importante aún, de  hábitat. La experiencia de Medellín en iniciativas como el programa de Mejoramiento Integral de Barrios, y los PUI puede ser un referente para la construcción  del futuro de la vivienda, y la apropiación del espacio por parte de las comunidades. 

La construcción es el sexto sector económico de Colombia, representa el 5,1% del PIB del país, el 3,4% de la entrada total de IED y el 7,2% del empleo formal; por lo que en aras de proteger este gran negocio, esta importante renglón de nuestra economía, es necesario abordar la especulación inmobiliaria y el acaparamiento de vivienda en la ciudad, que contribuyen a la exclusión y la precarización de la población más vulnerable. Es necesario desarrollar medidas regulatorias que promuevan una distribución justa y equitativa de la vivienda y que promuevan el bienestar de la mayoría de la población, y reduzcan la brecha de la desigualdad.