El Reto de Virtualizar las Clases Presenciales por el COVID19

El Reto de Virtualizar las Clases Presenciales por el COVID19

¿Cómo puedes mantener a tus estudiantes comprometidos con las clases en línea?

La industria de la educación en todos los niveles se enfrenta a la necesidad de volver virtuales las clases que antes se daban en salones de clases físicos, para que los estudiantes y profesores continúen trabajando de manera remota y así evitar ser contagiados por el COVID19. Si bien para algunos colegios y universidades no va ser una tarea tan difícil porque cuentan con un ecosistema tecnológico robusto, y ya ensayado por la comunidad académica, seguramente habrá algunas instituciones que les costará más. A continuación, algunos tips de cómo podría hacerse.

El ecosistema tecnológico

Lo primero que deben hacer colegios y universidades es ser conscientes de qué ecosistema tecnológico tienen o les es familiar; de qué plataformas disponen, o con cuáles herramientas TIC han venido trabajando antes del COVID19, de esta forma va ser más fácil para profesores y estudiantes adaptarse a esta nueva experiencia. Para aquellos que son nuevos en la adopción de tecnologías, la recomendación es mirar alrededor, ver cómo lo están haciendo otros colegios y universidades, para llenarse de ideas a la hora de construir su propio plan de tecnología para responder a esta contingencia. Para colegios es recomendable la plataforma de   Microsoft en la Educación y para universidades  Google for Education, en ambas plataformas hay ideas y entrenamiento para hacer posible el aprendizaje remoto.

La metodología de aprendizaje

La mejor apuesta es el aprendizaje activo que no es otra cosa que centrar el proceso de aprendizaje en el estudiante, dándole la oportunidad de que sea el protagonista del mismo. Es decir, no es un sujeto pasivo que sólo recibe información, sino que ahora tiene la oportunidad de aprender haciendo, demostrando, colaborando con sus compañeros, experimentando e incluso enseñando.

Aprendizaje social

El aprendizaje social en medio de la distancia física es la mejor alternativa. Si bien tenemos que estar alejados física mente, trabajando de manera remota, a través de plataformas y aplicaciones, lo mejor es el aprendizaje activo y social, en donde el profesor más que un catedrático es un guía, un dinamizador, un orientador, alguien que acompaña el proceso y deja que sean los mismos estudiantes quienes descubran el conocimiento. Esto es posible cuando se pone a trabajar a los estudiantes en pares, en grupos; para que debatan, argumenten, dialoguen y trabajen en equipo; desde luego, monitoreados siempre por el profesor. Recordemos lo que el psicólogo Albert Bandura decía del aprendizaje social: nosotros aprendemos del ambiente que nos rodea y el ambiente aprende de nosotros, en últimas, se aprende en comunidad, de manera social; el otro aprende de mí y yo del otro.

El Conectivismo

Otra opción es enseñar desde el Conectivismos. Imagínense una gran red, literalmente como una enorme telaraña, en donde cada punto de contacto es una persona (o colegio, universidad, plataforma, sistema de información, app…). Como todos sabemos la web, el internet, es una telaraña de conexiones que crece de manera exponencial. Lo que eso implica para la educación es que el conocimiento ya no pertenece sólo a unos pocos, sino que el saber descansa en toda esa enorme red. Eso quiere decir también, en ese contexto de aprendizaje, que no se trata de recordar; cualquier cerebro por super inteligente que sea tiene un límite para almacenar información; no se trata de memorizar en el sentido tradicional de la educación, sino de aprender a gestionar la información. Si usted o su estudiante no saben algo, lo único que hay que hacer es encontrar el canal de comunicación para dialogar (conectarse) con alguien (sea plataforma, app, persona/s, universidad, página web …) y encontrar la respuesta.

Aula Invertida

También pueden invertir el aula. ¿Cómo así?, piensen que de manera remota va a ser muy aburrido para un estudiante escuchar a un catedrático por dos o tres horas, mejor construir una guía de aprendizaje, en donde se invite al estudiante a profundizar en el material y el contenido de la próxima clase, en donde él tenga que hacer algunas actividades que lo van a llevar a adquirir la competencia, resultado de aprendizaje, u alcanzar el objetivo de la próxima clase, y deje la clase virtual para aclarar las dudas de los estudiantes a través de un diálogo; eso sí, hay que tener cuidado y no caer en el error de llenar de mucho trabajo al estudiante porque se va a desanimar.

Virtualizar las clases presenciales es un reto para colegios y universidades por estos días por causa de la amenaza invisible del Covid19, pero mantener a los estudiantes con el ánimo arriba en un escenario de aprendizaje activo y social que brinde una experiencia de aprendizaje -ojalá memorable- es un desafío aún mayor.

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