EL SÍNDROME DE FUGA ¿Por qué abandonamos?
¿Te preguntaste alguna vez por qué abandonamos a mitad de camino y otras veces incluso ni siquiera comenzamos aquella ruta planeada para alcanzar un resultado?, no hay duda que todos queremos alcanzar aquello que nos hemos propuesto, sin embargo la mayoría de las veces terminamos tomando la decisión de abandonar.
La Neurociencia nos indica que los seres humanos tomamos en promedio 35000 decisiones al día, el 99,74% de estas son automáticas y tan simples como decidir levantarnos, tomar una ducha, desayunar, organizar nuestro día, contestar el celular, rascarnos la cabeza pero sólo el 0,26% las tomamos de manera consciente a razón de casi 4 decisiones por cada hora. Dentro de estas se cuentan aquellas que sumadas a otras alcanzarán en un plazo determinado un resultado deseado, por ejemplo, decidir ir a clases en vez de descansar nos entregará en el futuro un título profesional o logro académico, decidir ir al gimnasio a realizar la rutina en vez de descansar viendo una serie en Netflix nos ayudará a conseguir la condición física deseada y los alimentos que comemos el peso esperado entre tantas otras. Estas últimas son las decisiones en las que nos vamos a detener a analizar.
Cuando nos planteamos un objetivo tenemos que decidir en llevar a cabo una serie de acciones para alcanzarlo, algunas veces nos quedamos solo con la meta planteada y otras veces nos movilizamos a la acción, sin embargo muy pocas de estas las terminamos en el resultado deseado. La dieta queda pendiente, el aprendizaje del idioma inconcluso, la bodega a medio ordenar, el ahorro abandonado o peor aún, que jamás comenzamos.
¿Pero por qué abandonamos si deseamos con ansias obtener aquello que nos hemos propuesto? ¿Confabulamos en nuestra contra por el esfuerzo que trae consigo la tarea que deseamos realizar?
Retrocedamos en el tiempo, el ser humano para sobrevivir tenía que decidir entre salir a cazar cuidándose de no ser cazado o quedarse dentro de su cueva para no ser comido pero arriesgándose con esto a morir de hambre, por lo tanto fue aprendiendo a decidir entre aquellas batallas que estaba dispuesto a dar según las posibilidades de éxito de salir o no con vida. Ante un gran animal rápido y voraz o al igual que en una tormenta, la decisión más lógica sería correr, arrancar y esconderse en la cueva para volver a intentarlo en una nueva oportunidad. Luchar por sobrevivir quedó grabado en nuestro ADN.
Entonces arrancar del peligro, evadirlo y escondernos dentro de nuestra cueva significaba sobrevivir y una nueva oportunidad de seguir adelante eliminando el riesgo de morir en el intento.
Esta conducta humana nos permitió evolucionar y crear la sociedad en la que hoy vivimos, es por esto que, cada vez que queremos alcanzar un resultado, si vemos peligro analizaremos nuestras capacidades, nuestras fortalezas y también nuestras debilidades. Nos enfrentaremos a nuestros miedos y a nuestras creencias sobre nosotros mismos (creencias que nos limitan) y si vemos peligro para alcanzar aquel resultado deseado, tomaremos la decisión de arrancar y escondernos dentro de nuestra cueva que nos protegerá del fracaso para mantenernos con vida sin exponernos a un desafío que pongan en peligro nuestra integridad. El síndrome de fuga | www.duiliodelapeyra.cl
Pasión por el Liderazgo | Líder de Proyectos en HuX Consultores | Conferencista | Emociones y Trabajo | Psicólogo |
4 añosMuy interesante Duilio. Muchas gracias por el artículo. Atento 👀 al siguiente.
periodista, licenciada en comunicación social y emprendedora!
4 añosAún no me lo explico!
Psicóloga con experiencia en procesos de venta, liderazgo y manejo de equipos. Hay que hacer que las cosas pasen.
4 añosExcelente artículo. Gracias Duilio 😉