El sincretismo generacional: Un imperativo para la sostenibilidad organizacional
Sincretismo Generacional en la organización

El sincretismo generacional: Un imperativo para la sostenibilidad organizacional

Por; José Manuel Vecino P.*

En los últimos años, el término “Millennials” ha acaparado gran parte de la atención en el ámbito empresarial, educativo y social. Incontables estudios, artículos y conferencias han intentado desentrañar las particularidades de esta generación. Sin embargo, a medida que el foco se ha centrado en entender a los Millennials, se corre el riesgo de perder de vista una realidad fundamental: las organizaciones hoy no están compuestas únicamente por una generación, sino que son el reflejo de una convergencia generacional que abarca a los Baby Boomers, la Generación X, los Millennials y los Centennials. Esta pluralidad generacional representa tanto un reto como una oportunidad para la sostenibilidad organizacional.

La mayoría de los textos que intentan describir el comportamiento de las generaciones más jóvenes, como los Millennials o Centennials, se basan en observaciones sociológicas o estudios de comportamiento. Sin embargo, no todos estos escritos logran captar la esencia de los desafíos generacionales en el contexto laboral actual. La profusión de información puede ser confusa, y no es sencillo identificar con claridad los orígenes de ciertas ideas, ya que muchas veces son reelaboraciones de investigaciones previas. Este fenómeno, aunque común, refleja la complejidad de la gestión generacional y la necesidad de modelos más integradores.

Hablar de los Millennials en reuniones directivas o en equipos de gestión humana se ha vuelto casi una obligación. Se diseñan estrategias y programas con el objetivo de atraer y retener a esta generación, mediante reconocimientos específicos, oportunidades de desarrollo personal y profesional, y esquemas de trabajo flexible. Pero centrar toda la atención en una sola generación no solo es miope, sino también perjudicial para el equilibrio organizacional. Las organizaciones no solo deben preocuparse por captar jóvenes talentos, sino también por reconocer el valor acumulado de las generaciones previas y el conocimiento que estas pueden transmitir.

Las generaciones coexisten en las organizaciones, y cada una trae consigo un conjunto de experiencias, habilidades y perspectivas. Los Baby Boomers, con su extensa experiencia laboral, aportan una sabiduría invaluable, mientras que los Millennials y Centennials impulsan cambios con su dominio de la tecnología y su espíritu emprendedor. Integrar estas visiones es crucial para evitar conflictos y crear equipos cohesionados.

El concepto de “sincretismo generacional” implica precisamente la capacidad de integrar estas diferentes generaciones dentro de una misma organización de manera armónica. Esta integración no debe verse únicamente como una cuestión de diversidad, sino como un activo estratégico. La coexistencia de múltiples generaciones no solo enriquece la cultura organizacional, sino que también potencia la innovación y la capacidad de adaptación en entornos cambiantes.

En este contexto, las etiquetas como “migrantes digitales” o “nativos digitales” han surgido para tratar de explicar la relación de diferentes generaciones con la tecnología, pero pueden reducir el análisis a un mero estereotipo. La realidad es más compleja: la transformación digital no se trata únicamente de habilidades tecnológicas, sino también de actitudes frente al cambio, algo que trasciende las generaciones. Los más jóvenes pueden ser expertos en herramientas digitales, pero los mayores poseen un conocimiento sobre procesos y estructuras que sigue siendo fundamental para el éxito organizacional.

El reto que enfrentan hoy los directivos es, por lo tanto, doble: por un lado, deben adaptarse a los cambios acelerados que traen consigo las nuevas generaciones, pero también deben gestionar y aprovechar el vasto conocimiento de las generaciones más experimentadas. Los equipos de trabajo deben ser capaces de comprender y respetar estas diferencias, y las políticas de recursos humanos deben diseñarse para favorecer la colaboración intergeneracional.

Si bien muchos estudios y manuales nos ofrecen recetas para atraer y retener a las generaciones más jóvenes, menos atención se ha prestado a cómo lograr una verdadera sinergia entre todas las generaciones. La sostenibilidad organizacional no se garantiza únicamente a través de la innovación tecnológica o la captación de jóvenes talentos; también depende de la capacidad de la empresa para crear un entorno en el que la experiencia y el entusiasmo coexistan y se complementen.

Es esencial que los modelos de gestión y desarrollo organizacional no caigan en la trampa de enfocarse exclusivamente en los Millennials o los Centennials. Al diseñar programas de bienestar, capacitación y reconocimiento, las organizaciones deben asegurarse de que estos sean inclusivos y reconozcan las contribuciones de todas las generaciones. En lugar de priorizar solo a los semilleros de talento o a los "altos potenciales", las empresas deben crear estructuras que permitan que todos los colaboradores, independientemente de su edad o antigüedad, puedan desarrollarse y aportar al éxito colectivo.

Por último, el sincretismo generacional no solo es un reto de gestión, sino también una oportunidad para enriquecer la cultura organizacional. La diversidad de perspectivas y experiencias dentro de un equipo multigeneracional puede generar un entorno más creativo, flexible y resiliente. El verdadero desafío para los líderes de hoy es crear una cultura organizacional que reconozca, valore e integre las contribuciones de todas las generaciones, promoviendo así una sostenibilidad organizacional que trascienda modas y tendencias pasajeras.

En definitiva, el éxito de las organizaciones dependerá de su capacidad para gestionar este sincretismo generacional de manera efectiva, aprovechando el conocimiento y la experiencia acumulada de las generaciones mayores, mientras se fomenta la innovación y el cambio impulsado por las generaciones más jóvenes. Solo a través de esta integración, las empresas podrán asegurar su permanencia y competitividad en un entorno empresarial cada vez más dinámico y desafiante.


*José Manuel Vecino P. Magister en Gestión Ambiental, Especialista en Gestión Humana, Gerente de Gestión Humana, Consultor empresarial y Docente Universitario. Escríbeme a jmvecinop@gmail.com

Othmar Rabitsch León

Gestión y Soluciones Sociales SAC. - Socio - Gerente General

4 meses

Excelente análisis Jose Manuel, es un reto complejo, pero no imposible, ya empresas europeas como BMW desarrollaron modelos de gestión en sus equipos de ensamblaje que cumplían este requisito de integrar generaciones y comprobaron que el rendimiento y mayor eficiencia estaba en los equipos integrados. Mi preocupación es Latinoamérica, ya que entre una generación y otra, la educación se ha degradado, no en la tecnología si no en la educación integral, la formación del individuo, valores, en las competencias "humanas" y esto si puede complicar la eficacia de los equipos integrados. Hoy día las nuevas generaciones desconocen la historia de nuestras republicas, los esfuerzos de las personas que construyeron nuestros países, sus actos heroicos y solo hablando de los últimos 100 años, o la educación cívica, economía, o las ciencias. Es aquí donde encuentro un problema y considero que por ahora la respuesta es, que ubicando a los destacados, las empresas tendrán que nivelar este déficit, con programas de capacitación también con equipos integrados, donde las generaciones puedan transmitirse sus experiencias formativas.

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