Un sueño narcotico.
Tuve un sueño extraño …
Caminaba por un gran templo brillante, bajo cúpulas de cristal, a través una infinita nave flanqueada por salas deslumbrantes llenas de todas las cosas que uno pueda desear, había creaciones maestras del arte humano. Me rodeaban seres a quienes a todas luces no les faltaba de nada pero que parecían estar buscando algo sin encontrarlo, criaturas muy extrañas, me atrevería a decir que, con el síntoma de una enfermedad, como escuchando una voz interior que repite sin parar “necesitas esto necesitas aquello”, alimentando nuestra codicia, haciéndote sentir un deseo permanente con el que no puedes estar satisfecho.
Está más que demostrado que el ser humano es por naturaleza ambicioso y, mientras ese mecanismo no cobre demasiada fuerza sirve perfectamente a los objetivos del individuo, tenemos que vivir en equilibrio si no lo logramos estamos perdidos.
Siempre me he preguntado porque somos así, somos seres sociables y empáticos pero también egocéntricos y crueles, damos y quitamos, creamos y destruimos, cuál es nuestro problema que nos impulsa en nuestros comportamientos ?
Somos lo suficientemente inteligentes como para ser conscientes de nuestra propia existencia, lo cual puede ser motivo de gran alegría, pero también de carga existencial. Si estuviéramos todo el tiempo pensando en nuestra propia mortalidad, el miedo nos paralizaría.
Todas las culturas ofrecen alguna fórmula de inmortalidad, las grandes religiones en forma literal con el más allá, el paraíso, la reencarnación o, de forma simbólica a través de la creencia de que vamos a legar algo a la posteridad. Por eso queremos tener hijos, construimos pirámides, componemos sinfonías, escribimos libros y, por eso queremos tener mucho dinero. Sentimos el impulso de poseer muchas cosas porque en términos psicológicos eso nos sugiere que podemos vivir eternamente.
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Debemos aceptar que algún día moriremos ?
La muerte es un fenómeno físico muy real, da igual qué tan buenos sean tus símbolos, tu religión, tu ideología, tu dinero, no pasan de ser meros símbolos, ninguno consigue minimizar lo suficiente el miedo a la muerte, que se puede paliar pero no sacar de encima.
Desde un punto de vista, los seres humanos nos parecemos al resto de las especies en el instinto de supervivencia, pero por otro lado somos lo suficientemente inteligentes como para ser conscientes de nuestra propia existencia. Por una parte el hecho de sentirnos vivos y ser conscientes de ello es un motivo de gran alegría, pero por otro lado acarreamos una terrible carga existencial, sabemos que como todo ser vivo algún día dejarás de estarlo, pero si estuviéramos todo el día pensando en eso - me voy a morir - el miedo nos paralizaría y no nos dejaría vivir.
Deseo y codicia nos generan una presión permanente que resulta en malestar y agresividad, constantemente quiere ver algo que sabemos que no es real, él hacer las cosas permanentes tratando de escapar de nuestra realidad, esa lucha genera mucho sufrimiento y nos hace infelices.
Un ejemplo; tengo una camisa y siempre que voy de compras compro otra camisa, ya tengo 10 camisas en el armario, pero compro otra más, ya son 11, solo para tener la sensación de que voy a vivir lo suficiente para usar las 11 camisas o incluso más. En el fondo hacemos constantemente cosas para reafirmar nuestro impulso de inmortalidad, de seguir viviendo y de no tener que cambiar nada. Siempre pensamos que le va a tocar a otro y no a nosotros el boleto para el ultimo viaje.
PD: No nos agrada en absoluto la idea de que seamos animales, pero desde un punto de vista estrictamente biológico no somos más valiosos o perdurables que patatas o conejos, me pregunto si somos siquiera una forma viable de vida, tal vez solo seamos un instante de la evolución y algún día estaremos junto a los dinosaurios en los museos de las cucarachas que sobrevivan a la próxima extinción.
Gracias por tu interés. De todo corazón.