El talento se revitaliza con la edad.
Después de publicar mi anterior artículo y de leer los muchos comentarios positivos sobre el mismo he pensado que era bueno retomar el tema, pero desde otro punto de vista.
Lo cierto es que el talento es la suma de muchas cosas, si partimos del talento natural estaremos de acuerdo en que hay personas mejor dotadas que otras para determinadas tareas. Esto se puede ver con facilidad en el mundo de las artes o del deporte. Por ejemplo en el mundo de la música hay verdaderos niños prodigio que tocan el piano increíblemente bien a edades muy tempranas. Para constatar esto basta con escribir “pianista prodigio” en cualquier buscador de la red y veréis la cantidad de ellos que hay.
En el mundo empresarial pasa lo mismo. Hay personas que están especialmente bien dotadas para las tareas profesionales y empresariales. Sin embargo hay una gran mayoría que sin estar especialmente dotados son personas capaces de desarrollar a lo largo de su vida habilidades que les hacen insustituibles en sus puestos de trabajo. Y esto es también talento.
Por lo tanto el talento puede tener un componte natural pero, en la mayoría de los casos, el talento es la consecuencia de un trabajo duro. Uno de estos pianistas considerado niño prodigio, Benjamin Grosvenor, comentaba en una entrevista reciente que rechaza que se le defina como un joven prodigio del piano “me lo dicen siempre, pero no creo que lo que haga sea nada especial, hay mucho esfuerzo en mi trabajo”.
Y qué pasa entonces con la edad, cuando vamos creciendo, cuando nos acercamos a la edad de jubilación, realmente ¿el talento se muere, como mantenía en mi anterior artículo?
La respuesta es NO, el talento en las personas mayores, y por lo menos este es mi caso, se revitaliza cada día. Ya que el principal motor del talento es la automotivación y yo, y muchas personas de mi edad, de esto tengo, tenemos, a raudales.
Esta motivación hace que se mantengan intactas a lo largo de los años las ganas de aprender, de practicar lo aprendido, de ayudar a los demás, de proponerte continuamente nuevas metas. Y de trabajar todos los días duramente para conseguirlas.
En mi caso tengo un motor que me ayuda en todo esto y es mi afición a la montaña. Desde muy joven practico el alpinismo en todas sus facetas. No cabe duda de que la práctica de un deporte como este ha hecho que mi forma de actuar esté muy relacionada con la consecución de objetivos. Todos los fines de semana me propongo alguno en forma de cumbre de una montaña, más o menos difícil. Y sé que para conseguir llegar a esa cumbre voy a tener que luchar contra las adversidades, pero también sé que el principal escollo a vencer soy yo mismo, ya que en la mayoría de los casos para conseguir ese objetivo hay que luchar contra las propias fuerzas, que en determinados momentos parecen abandonarnos. Pero también hay que tener claro la medición de esas fuerzas para, llegado el caso, saber renunciar al objetivo en evitación de peligros más graves.
Todo esto ha sido para mí una escuela de vida fácilmente trasladable a mi entorno laboral. Por eso considero que todos deberíamos tener alguna actividad complementaria a nuestras responsabilidades empresariales. Y es entonces, cuando observas con perspectiva lo que has desarrollado a lo largo de la vida, cuando te das cuenta de lo importante que es mantener una vida completa, dando la importancia adecuada a cada faceta: la familiar, la profesional, los amigos y las aficiones.
En conseguir ese equilibrio y la transferencia de conocimientos que cada uno de ellos proporciona, es donde yo veo que está el verdadero talento.
Por lo tanto, no, el talento no muere con los años, sino muy al contrario, se revitaliza cada día gracias a nuestra capacidad de automotivarnos con todo aquello que nos apasiona.
Si quieres saber más de estos temas, visita mi blog: www.empresayalpinismo.com
Happy Retired
7 añosGran verdad !!. Muy buen articulo, gracias Javier !!