El tesoro de la Educación
Los cuatro pilares de la Educación, del Informe Delors (1996)
Como pedagoga, no falta en mi biblioteca el libro "La educación encierra un tesoro", informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Aunque tiene casi treinta años, puedo ver que todavía nos queda mucho para llegar a entender los cuatro pilares básicos que este tesoro encierra. ¿Y cuáles son esos pilares básicos del tesoro de la Educación? ¿Consideráis que la Educación es instrucción de conocimientos? ¿O por el contrario, creéis que aún hay más?
Pues efectivamente, siempre hay más. Estamos educando con nuestras palabras, educamos con nuestros actos, incluso educamos con nuestras miradas (y más ahora, que la lectura de la expresión facial queda cerrada a entender las miradas). Es, casi sin darnos cuenta, a través de esto, como presentamos los cuatro pilares de la educación: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos (a vivir con los demás) y aprender a ser.
- Aprender a conocer subyace a aprender a aprender, valga la redundancia. Cuando presentamos los conocimientos dentro de las materias, podemos ayudar al alumno a que siga investigando y tenga la posibilidad de profundizar en las materias. El alumno aprenderá a aprender en la medida que quiera ir conociendo más y más, así aprenderá a buscar y aprenderá a hacer preguntas relevantes, lo cual vendrá bien para su desarrollo como ser social.
- Aprender a hacer. En muchas ocasiones, hemos dicho "a escribir se aprende escribiendo" o "a bailar se aprende bailando", esto es aprender a hacer. Significa la adquisición de una competencia para hacer frente a distintas situaciones y experiencias sociales y laborales.
- Aprender a vivir juntos: se trata de comprender al otro y de ver las necesidades de interdependencia mutua. En muchas ocasiones he oído "yo lo que quiero es que mi hijo sea independiente", pero vivimos en una sociedad interdependiente; lo que significa que aunque sepamos hacer cosas por nosotros mismo, siempre necesitamos de los demás para continuar viviendo en esta sociedad. Por ejemplo, necesitamos la panadería para comprar el pan, aunque en el confinamiento quedó claro que aprendimos a hacer pan, bueno, pues necesitamos las tiendas para comprar la harina. Necesitamos a los médicos para que nos diagnostiquen, necesitamos docentes para que nos enseñen, necesitamos peluqueros y esteticistas para sentirnos más guapos. En fin, necesitamos de otras profesiones, por lo que necesitamos a los demás. Somos seres interdependientes. Pero no sólo les necesitamos, debemos aprender a respetar a las demás personas, a realizar proyectos en común, debemos aprender a tratar los conflictos desde el pluralismo y la comprensión, no desde la violencia. Todo esto lo aprendemos en la medida en la que vivimos en sociedad.
- Aprender a ser: todo lo que nos rodea influye en el desarrollo de nuestra propia personalidad, pero aprender a ser también implica conocernos y saber cómo podemos actuar con autonomía y responsabilidad. Así sabemos que no podemos menospreciar la educación para desarrollar habilidades de memoria, razonamiento, capacidad de comunicar y capacidad de pensar.
Una vez explicados estos cuatro pilares, y espero haberlo aclarado lo mejor posible, continúo con mi reflexión. El hecho educativo, es decir, el proceso por el que vamos a aprender a conocer, a ser, a hacer y a convivir no sólo se da en el aula, se da en el entorno próximo (en casa), en el entorno social más cercano (el barrio o pueblo) y en el entorno macrosocial (la cultura del país). Conociendo esto, los adultos debemos hacernos cargo de la Educación formal, no formal e informal para que el educando se desarrolle de forma completa bajo estos pilares que sustentan tanto a la educación como al educando.
Para terminar, y así respondo a las preguntas iniciales, me queda decir que no considero que la Educación sea la instrucción de conocimientos, sino un hecho permanente que incluso podemos hacer sin darnos cuenta, a través de nuestras acciones, de nuestras ideas, del diálogo y la reflexión. Debemos saber que siempre estamos educando y siempre estamos aprendiendo.
Finalmente, solo me queda recomendaros la lectura de este informe y desearos un feliz fin de semana.
REFERENCIAS:
Delors, J. (1996). La educación encierra un Tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Santillana, Ediciones UNESCO.