El valor de las marcas está en su historia

Los seres humanos llevamos miles de años contando historias. Algunas motivaron grandes guerras, otras fundaron religiones y algunas de ellas inspiraron ideologías que aún permanecen vigentes al día de hoy. El gran logro del storytelling en marketing y branding es que, así como hay gente que defiende a capa y espada relatos como el socialismo, el liberalismo y hasta el terraplanismo, también la hay para defender, por encima de la competencia, a los dispositivos de Apple, la Coca-Cola, la comida de KFC, los videojuegos de Nintendo, la música de su artista favorito e incluso a su influencer favorito.

Lo cierto es que no hay nada más efectivo para cautivar a las personas que una buena historia; y crear la historia adecuada para una marca es el trabajo más importante que deben realizar los comunicadores.

En muchas de las ocasiones, cuando creamos una estrategia de comunicación creemos que contar una historia es simplemente generar una batería de mensajes e ilusamente pensamos que el resto vendrá por añadidura. Sin embargo, las historias son mucho más complejas que eso.

Las historias tienen estructura (planteamiento, desarrollo, nudo, climax y desenlace), tienen personajes (arquetipos) y tienen un tema central o leitmotiv. Las buenas historias de marcas también apelan al lado humano las audiencias, son fáciles de recordar y de contar, prometen algo a través del producto o servicio y llaman a la acción a sus usuarios.

Gracias a las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (NTIC) tenemos una gran variedad de plataformas con las que podemos contar una historia de diferentes formas (narrativas transmedia), algunas permiten incluso integrar al usuario en su desarrollo y toma de decisiones (cibertextos).

¿Conoces un caso exitoso de storytelling? Cuéntame en los comentarios.